El telescopio Webb le ha hecho una visita a los Pilares de la Creación. La imagen que nos ha mostrado es la más nítida que jamás hemos visto de ellos.
La constelación de Ofiuco es muy especial por varios motivos. Quizás el principal sea que antes pertenecía a las doce zodiacales. En la mitología griega representaba al serpentario Asclepio, dios de la Medicina y la Curación, hijo de Apolo y Corónide. Es por eso que uno de los símbolos más reconocidos de la medicina es una serpiente enrollada a un bastón, la vara de Asclepio. Ofiuco es recorrida por otra constelación, Serpens (la serpiente), que se divide en dos subconstelaciones: Serpens Cauda (cola de la serpiente) y Serpens Caput (cabeza de la serpiente). En la primera de estas subconstelaciones podrán encontrar el decimosexto objeto del catálogo de Messier: la nebulosa del Águila, formado por la nebulosa propiamente dicha y además por un cúmulo estelar de tipo abierto que está asociado con la propia nebulosa. Esto indica que está formado por estrellas extremadamente jóvenes. Pero sin duda alguna, lo que destaca de Messier 16 es una formación que seguro han oido hablar de ella: Los Pilares de la Creación.
Recientemente el telescopio Webb nos la ha ofrecido como nunca la habíamos visto. La imagen no solo es absolutamente hermosa, sino que además revela procesos cósmicos nunca antes observados con tanta nitidez. Deslumbra por los detalles que muestra y por la cantidad de estrellas que aparecen. También por la información que los científicos están y estarán obteniendo de ella. Pero antes de analizar la imagen del Webb, me gustaría hacer un poco de historia desde que el Hubble nos la mostró por primera vez allá por 1995.
Cuando el Hubble nos mostró aquel mosaico de 32 imágenes maravilló a todo el mundo. Esas tres columnas de un color pardusco quedaron en la retina de todos. Las columnas que la conforman son enormes: la más grande mide 10 años luz de longitud. Esto es más del doble que la distancia que nos separa de la estrella más cercana, Proxima Centauri. Nos mostró un lugar en el que se están creando estrellas: un criadero de astros, donde las estrellas recién formadas emiten una radiación tan energética que los pilares se irán erosionando hasta desaparecer. Por lo tanto, además de creación, también es un lugar de destrucción.
En el año 2011, el telescopio espacial Herschel echó un vistazo a los Pilares de la Creación, permitiendo por primera vez entrar dentro de las grandes estructuras para ver algunas de las estrellas que hay dentro. Aunque nada comparado con lo que nos ha ofrecido el Webb.
Tres años más tarde, en 2014, el Hubble volvió a visitar esta estructura y fotografiarla con sus cámaras mejoradas con respecto a las que usó casi 30 años atrás. Nos regaló las imágenes la noche de reyes de 2015. Además de ofrecernos las estructuras con una resolución sin precedentes, también nos mostró cómo eran esos pilares vistos en el infrarrojo, mejorando la imagen que el Herschel había captado tres años antes.
También es de destacar que comparando zonas equivalentes entre las imágenes de 1995 y de 2014, algunas de las estructuras han manifestado que los pilares son dinámicos, que se mueven. De hecho, en algunas de las zonas se ha podido medir el desplazamiento real.
Han pasado algo más de ocho años desde las últimas imágenes del Hubble. Y la imagen que nos ha ofrecido el Webb ha revolucionado todo. Por primera vez hemos podido ver estrellas recién formadas. Son aquellas que en la imagen aparecen en un color anaranjado y que en las imágenes anteriores éramos incapaces de ver.
También hemos podido entrar en los pilares de una forma mucho más nítida y ver las estrellas recién formadas en el interior de las estructuras, aquellas que por otra parte, terminarán por erosionarlos y hacerlos desaparecer. Destacan además esas regiones que parecen lava incandescente fluyendo de algunas estructuras. En la imagen de abajo lo podrán apreciar. Aunque si lo que quieren ver la imagen en detalle, hagan clic aquí. Esas «lavas» son producto de energéticas emisiones de moléculas de hidrógeno. La energía se libera a partir de chorros de emisión estelar y los choques que se producen contra la materia que los rodea.
Algunos de los científicos implicados en el análisis de las imágenes del Webb, dejaron de serlo durante unos minutos para, simplemente, quedar completamente asombrados. Ahroa toca ponerse manos a la obra porque esta imagen del Webb no solo se queda en un bonito paisaje. Con los datos obtenidos los científicos podrán comprender de una mejor manera no solo cómo nacen las estrellas sino también cómo interactúan con el medio interestelar en sus primeros instantes de vida.
—
Antonio Pérez Verde es autor de la web Astrométrico. Más textos aquí.