Madrid es una ciudad repleta de museos, pero la joya oculta entre todos ellos es el Museo Geominero, en un edificio singular y con una atención poco común a hacer que nuestra visita sea inolvidable
¿Conoces la pirita? Es un mineral, el sulfuro de hierro, que cristaliza en forma de cubos metálicos perfectos, brillantes y pulidos. La primera vez que alguien ve pirita, piensa que ha sido fabricada por humanos, o quizá extraterrestres. Pero no, es obra de la naturaleza, igual que los cristales de cuarzo.
La fascinación con las caras y aristas brillantes de los cristales minerales son suficientes para que muchos nos aficionáramos a coleccionarlos en la escuela, y entonces, la vista al Museo Geominero de Madrid era obligada.
El palacio de los cristales
El museo se encuentra en la sede del Instituto Geológico y Minero de España, en un edificio con una entrada discreta que se terminó de construir en 1925. Nada de grandes escalinatas como la del palacio que alberga el MAN. Sin embargo, tras ascender por la escalinata de mármol, se accede a la impresionante sala principal, iluminada por una inmensa vidriera en el techo.
La colección del museo reúne a más de 25.000 piezas, entre minerales, fósiles y meteoritos, aunque eso es solo una cuarta parte de la colección total. La colección se expone en 250 vitrinas en la planta baja y en tres balconadas que lo rodean y que ofrecen magníficas vistas del interior.
El mapa geológico de España
La historia del Museo Geominero comenzó casi un siglo antes de su inauguración, cuando por orden de la reina Isabel II se crea una comisión de expertos de la época para hacer el primer mapa geológico, que se publica en 1873.
¿Cómo se hace un mapa geológico? Con muestras. “Es necesario datar las formaciones geológicas superficiales, y la única manera es con muestras de fósiles, de minerales y de rocas” explica su directora Ana Rodrigo Sanz, geólogo y paleontóloga.
El edificio del museo se abrió para el decimocuarto Congreso Geológico Internacional en 1926, aún sin la colección expuesta, que se abrió un año más tarde al público. “El congreso reúne en Madrid a muchísima gente porque es el primer congreso internacional que se hace después de la Primera Guerra Mundial”, comenta Ana Rodrigo.
Minerales, fósiles y extraterrestres
Pero ¿qué interés tiene ver unas piedras? pueden pensar algunos. A menudo no nos damos cuenta de que vivimos rodeados de minerales. “Los alimentos que tomamos que tienen sal, un mineral, la halita, cloruro de sodio. El grafito de la mina de un lápiz, la batería de nuestro móvil que contiene litio, el desodorante que usas tiene partículas de aluminio, la pasta dentífrica temple fluoruros, pues todo, todo eso se extrae de los minerales”, resume Ana Rodrigo.
Pero además, el museo Geominero de Madrid tiene una gran colección de fósiles de vertebrados e invertebrados, seres vivos atrapados en la roca hace millones de años y, probablemente, es el único museo de Madrid que contiene objetos extraterrestres: su colección de meteoritos.
Un museo para ver más de un día
El museo del IGME tiene algo más que lo hace especial: es un museo “a la antigua”. Según su directora, “uno entra a un museo moderno y lo que ve es una sola pieza en una sala inmensa. La museografía en el en el siglo XIX y principios del XX era diferente. Se intentaba mostrar abundancia”.
Es fácil dejarse deslumbrar vagando por los pasillos del museo. En la planta baja nos recibe el montaje de los huesos y colmillos del Mastodonte de Las Higueruelas (Ciudad Real), que data del Plioceno. De la misma época nos encontraremos con dientes de megatiburón de Málaga y Huelva, y una colección de gemas y piedras preciosas que nos hace pensar en el tesoro de El Hobbit.
Pero ¿qué es lo que no nos podemos perder? En un museo tan extenso, que como el Prado merece una visita de más de un día (y al diferencia el Prado es gratuito), su directora nos recomienda tres joyas ocultas:
Las piritas de Navajún
En esta localidad de La Rioja se encuentra uno de los mejores yacimientos de piritas del mundo. De hecho es una cantera privada y es posible pagar para extraer piezas, algo impensable cuando se trata de cuevas o yacimientos protegidos. Para que se vea que la pirita cristaliza en cubos perfectos de forma natural, se puede ver una matriz enorme de roca con las piritas integradas en ella. “Aquí es donde podemos explicar que esto es un cristal, porque a veces nos han enseñado mal las diferencias entre el vidrio y el cristal”, comenta Ana Rodrigo.
Las ranas de Libros
En Libros, Teruel, se encontraron unas impresiones ranas fosilizadas en un estado de conservación espectacular. “En muchas de ellas se ha llegado a poder conocer el contenido estomacal. La preservación es así de maravillosa”, dice Ana Rodrigo. “Los anfibios no se suelen conservar bien en el registro fósil porque tienen unos huesos muy delicados, y en este caso la conservación es es magnífica”, añade.
El meteorito de Retuerta del Bullaque
“Nosotros decimos que tenemos piezas extraterrestres en el museo y la gente piensa en ET”, bromea Ana Rodrigo. El museo tiene meteoritos de todo el mundo, pero destaca el encontrado en Retuerta del Bullaque, un pueblo de Ciudad Real. “Es un meteorito metálico, y no deja de ser algo que viene del espacio, del cinturón de asteroides”.
El Museo Geominero tiene además una decidida vocación didáctica y desarrolla actividades para niños y adultos, desde talleres de dinosaurios hasta talleres de verano para familias, unas actividades que esperan reanudar muy pronto.
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