Cerca de Madrid hay un museo muy especial que nos transporta a un siglo de historia de la aviación, el Museo del Aire
El nombre oficial del Museo del Aire de Madrid es el Museo de Aeronáutica y Astronáutica. Está situado en la Base Aérea de Cuatro Vientos, que es teóricamente el aeropuerto más antiguo de España, aunque hay una pequeña excepción.
Todo el mundo sabe que el primero vuelo de un aeroplano con éxito fue el de los hermanos Wright en Dayton, Ohio, en 1905. Pero la idea de volar es tan fascinante que la tecnología se extendió como la pólvora, y en unos pocos años, España tenía su hermano Wright local: Juan Olivert.
Olivert fue el piloto del primer vuelo controlado en España en 1909 en aeroplano con motor que él mismo había construido según un diseño de Gaspar Brunet. El vuelo tuvo lugar en una explanada en las afueras de Paterna, en Valencia. Esto convertiría ese descampado en el primer aeropuerto, aunque fuera accidental, ya que Olivert no tenía intención de volar sino solo carretear con su aeroplano, pero se entusiasmó y, cuesta abajo, despegó elevándose unos pocos centímetros.
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A partir de ese momento, las cosas fueron muy deprisa, y ahora sí, el primer aeropuerto construido con ese propósito fue el de Cuatro Vientos, muy cerca de Madrid. Originalmente se trataba de una base militar, aunque hoy en día también hay vuelos civiles, separados de los vuelos del ejército.
Aún así, la pista de Cuatro Vientos no da para los grandes aviones modernos a propulsión, con lo que hoy solo es posible operar con helicópteros, aviones de hélice con motor de pistón, o turbohélices de tamaño medio y pequeños aviones privados.
El Museo del Aire
Pero lo más interesante de Cuatro Vientos no está en la pista, sino en los hangares, que albergan El objetivo del museo es adquirir, conservar y exponer las aeronaves, equipos y parafernalia asociada que constituyen el patrimonio histórico del Ejército del Aire español. Cuenta con una exposición exterior y siete hangares.
Pocas grandes ideas de la humanidad han avanzado tan rápidamente como la aviación, y por un motivo tan triste. La Primera Guerra Mundial fue el gran campo de pruebas que hizo que volar en un artefacto más pesado que el aire, algo considerado imposible solo veinte años atrás, fuera tan cotidiano como los bombardeos.
Cuando finalizó la Guerra Civil española en 1939, la aviación era un asunto casi exclusivamente militar, pero ya entonces el Ministerio del Aire se planteó la creación de un museo aeronáutico, aunque abriría sus puertas casi tres décadas más tarde, en 1966.
Las instalaciones incluyen siete hangares y unas 200 aeronaves, algunas de los cuales se encuentran al aire libre.
Aviones que no te puedes perder
El museo reúne algunas aeronaves históricas. Estas son las que no deberías perderte en tu visita:
El autogiro de Juan De La Cierva
En el hangar número 4, inaugurado en 2003, es donde podremos admirar los aeroplanos de alas giratorias, como el autogiro creado por el ingeniero español Juan De La Cierva. Siempre hay que recordar que no es un helicóptero, ya que las hélices no giran por sí solas, sino que su giro está impulsado por el avance de la aeronave, creando así una fuerza de sustentación en vertical.
En este hangar también se almacenan los helicópteros, como el Aerotécnica AC-12, un modelo español de los años 50, creados por el ingeniero francés Jean Cantinieau.
Los pioneros
En el hangar número 1 se encuentran los modelos de la primera época de la aviación Española, las aeronaves de los pioneros. Aquí podremos ver el Vilanova Acedo, un aeroplano que es la versión española del Blériot XI construido en 1911. A su lado está el Jesús del Gran Poder, una versión especial del Breguet 19 utilizado en el vuelo transatlántico desde España a Asia y América entre 1928 y 1929.
Los aviones de la guerra
En el hangar número 5 encontraremos el tristemente famoso avión de Havilland fue utilizado por el dictador Francisco Franco para volar desde Canarias hasta Tetuán al inicio de la rebelión militar que dio comienzo a la Guerra Civil española en 1936.
Aquí también puede verse el Hispano HA-200, el primer avión español a propulsión, diseñado como un aeroplano para entrenamiento.
Los aviones de caza clásicos
Si buscas biplanos de caza como los de las películas, de los que pilotaban tipos con sombreros de cuero y gafas de ventisca y disparaban a través de la hélice, tienes que llegar hasta el hangar 3, donde se encuentran varios modelos de las distintas guerras, como el Fokker DR-1.
Los cazas modernos
Ya en el exterior se encuentran otros aviones de entrenamiento, planeadores y aviones de caza como el Ex Mirage F-1 y Mirage III de la Fuerza Aérea Española, el Heinkel He 111 y del Junkers Ju 52, el McDonnell Douglas F-4C Phantom II o el Mirage F-1, un Canadair Cl-215, un Aerospatiale AS-330 Puma o incluso un MiG-17.
Motores, instrumentos, uniformes y maquetas
No todo son aviones y helicópteros en este museo. En el hangar 2 hay una interesante exposición de motores, simuladores, material aeronáutico y uniformes. Además, en el hangar 6 también más de cien modelos en miniatura a escala 1:10, una afición tan antigua e interesante como la propia aviación, y una colección de motores.
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