España no tiene grandes lagos, pero los lagos, embalses y lagunas del país dan lugar a algunos de los paisajes más bellos que merece la pena visitar
Aquí no tenemos nada parecido a los Grandes Lagos en la frontera de Estados Unidos y Canadá, que son más bien mares pequeños. Nada tan profundo como el Baikal, ni tan misterioso como el lago Ness, pero los lagos de España son sin duda hermosos y un gran viaje a su historia geológica.
Los paisajes lacustres de España están entre los más atractivos del país, y siempre merece la pena acercarse a uno de ellos para disfrutar de las vistas y, siempre que sea posible, de un refrescante baño en agua dulce.
Lagos de Covadonga, Asturias
A los lagos Enol y Ercina, en el parque de los Picos de Europa, se les suele nombrar en conjunto como Lagos de Covadonga, en asturiano los Llagos de Cuadonga. Se trata de dos encantadores lagos glaciares situados a más de 1.100 metros de altura, en el macizo oriental. Al amanecer las aguas están tan calmadas que se convierten en un espejo en el que se reflejan las montañas. A su alrededor se suelen ver pastando vacas autóctonas de la raza asturiana de montaña.
A veces losa lagos de Covadonga son tres, y durante el deshielo aparece una tercera masa de agua que recibe el nombre de Bricial.
Lago de Sanabria, Zamora
Este es el lago más grande de España, y como los anteriores es de origen glaciar, y se encuentra a una altura de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Las aguas provienen del río Tera, un afluente del Esla. El lago se formó durante la glaciación de Würm, un periodo que abarca desde hace 110.000 años hasta el inicio del Holoceno hace 10.000 años. Un enorme glaciar erosionó el suelo produciendo esta cubeta que alcanza una profundidad máxima de 53 metros.
Cuando el calor de las tierras zamoranas aprieta, es una buena idea darse un chapuzón desde una de sus muchas playas.
Embalse de Gorg Blau, Mallorca
Mallorca es conocida por sus playas, pero el interior de esta montañosa isla es de una increíble belleza. En este caso no hablamos de un lago natural, pero esta masa de agua se encuentra en un entorno incomparable. El embalse de Gorg Blau está entre los valles de los picos Puig Major y el Puig de Massanella, en la Serra de Tramuntana. Desde 1971 abastece de agua a la ciudad de Palma y sus alrededores, junto con el vecino embalse de Cúber. En uno de los extremos se encuentra el torrente de Sa Fosca, declarado monumento natural en 2003.
Lac de Mar, Lleida
Los lagos de los Pirineos dan testimonio del pasado glaciar de esta cordillera. El Lac de Mar, o estanh de Mar en occitano, es un lago glaciar que se encuentra en la comarca del Valle de Arán, a una altura de 2240 metros. Tiene una profundidad máxima de 83 metros y ocupa 43 hectáreas. En uno de sus extremos se encuentra el pico de Besibèrri Nord, que se alza hasta los 3.008 metros de altitud y que separa el valle de Arán de la vecina comarca de la Alta Ribagorza. Bañarse en este lago es todo un desafío, ya que las aguas a esta altura están heladas en cualquier época del año.
Foto: Xavier Moli
Laguna verde o de los Clicos, Lanzarote
Hay masas de agua para bañarse, y otras para deleitarse contemplándolas, sin acercarnos demasiado, ya que el baño está muy desaconsejado. Este es el caso de la laguna verde de Lanzarote, en el Parque natural de los Volcanes que se encuentra junto la población de El Golfo, dentro del ámbito del parque nacional de Timanfaya. Su color verde intenso, alienígena y sorprendente debido al elevado contenido en azufre de sus aguas. Esta laguna incluida junto a la playa también se llama Charco de los Clicos, haciendo referencia a unos bivalvos que se encuentran en ella con fama de ser muy sabrosos.
Foto: IGEO
El lago de Bañolas, Girona
Ya hemos visto lagos glaciares, pero hay otros procesos geológicos que también dan lugar a masas de agua. Este es el caso del lago Bañolas o Estany de Banyoles, el lago más grande de Cataluña. Esta cuenca lacustres es también el conjunto cárstico más extenso de España. Con una profundidad máxima de 60 metros, se formó en una depresión tectónica natural, y su superficie supera el kilómetro cuadrado. En el lago hay especies de peces tanto autóctonas como importadas, como la carpa, el gardí, la bavosa de riu, el pez luna, la tenca, el black bass y la anguila. Es un enclave perfecto para pasar el día a su orilla o practicar el remo.
Laguna Negra, Soria
Los Picos de Urbión son la sierra más elevada del sistema Ibérico, y albergan al Pico del Urbión que les da nombre, con una altura de 2.228 metros. El relieve fue modelado por los glaciares, y como hemos visto, donde hay glaciares, hay lagos. En este caso la Laguna de Urbión o la Laguna Negra, que no es la más grande ni la más profunda, pero sí la más rica en leyendas. Los locales dicen que no tiene fondo, aunque su profundidad real es de unos 12 metros. También se cuenta que en sus profundidades vive un monstruo, que se comunica con el mar mediante un sistema de cuevas, y el escritor Antonio Machado la eligió para deshacerse de un cadaver (literario) en su obra La tierra de Alvargonzález. Sus aguas cristalinas están muy frías, así que el chapuzón siempre es un reto, y las algas del fondo no ayudan a olvidarse del monstruo.
Lagunas de Ruidera, Albacete y Ciudad Real
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera es un parque natural que contiene 15 pequeñas lagunas, en medio de la llanura manchega. ¿Por qué lagunas? La diferencia es que, al contrario que los lagos, en donde el agua fluye hacia otro cuerpo de agua, en las algunas el agua recibida se estanca. Las lagunas de Ruidera están escalonadas a diferentes alturas, y están conectadas por saltos de agua saltos, pequeños arroyos y flujos subterráneos. En su día el Plinio el viejo consideró que era el nacimiento del río Guadiana, pero hoy se ha desechado esta teoría. Esto no impide disfrutar de un paisaje de cuento de hadas, rodeado de castillos y paseos espectaculares que ha merecido la inclusión en la reserva de la biosfera Mancha Húmeda de la UNESCO.
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