La sequía, el aumento del riego y el vaciado de los pantanos para producir electricidad está dejando al descubierto pueblos que llevaban décadas sumergidos bajo las aguas

Durante la dictadura franquista, en España se construyeron más de 500 pantanos. El agua embalsada en el país se multiplicó casi por diez. Sin embargo, hubo consecuencias, entre otras, el desalojo de cientos de pueblos que quedaron sumergidas bajo las aguas de ríos y embalses.

La situación actual de sequía, con embalses vacíos por las compañías eléctricas, los trasvases y el mantenimiento de los regadíos en las zonas mas áridas del país, ha hecho que se se registren niveles mínimos de agua en cientos de pantanos, y que el cauce de los ríos haya disminuido sensiblemente. 

Esta tragedia ha tenido un curioso efecto secundario: algunos de los pueblos sumergidos durante décadas han salido a la luz. Se calcula que más de 500 localidades españolas están bajo las aguas, incluyendo ruinas de iglesias, hermitas y otros edificios históricos. Estos son algunos de los pueblos emergidos de las aguas más conocidos: 

San Román de Sau (Barcelona)

San Roman de la Sau

Esta localidad se encontraba en el el valle de Sau, en la barcelonesa comarca de Osona. Aquí se construyó el embalse del mismo nombre en 1962. Las aguas del río Ter sumergieron el pueblo, del que normalmente asomaba la parte superior torre de la iglesia del siglo XI. Con el embalse bajo mínimos, la iglesia se puede ver en su totalidad y pasear por las calles del antiguo pueblo.

Portomarín (Lugo)

portomarín

La sequía ha dejado al embalse de Belesar, en la provincia de Lugo, en un nivel históricamente bajo. Esto ha dejado a la vista las ruinas del viejo pueblo de Portomarín, que fue anegada por las aguas en la década de los sesenta, cuando se construyó el embalse. Incluso se puede caminar por el puente que antes cruzaba el río Miño.

Mansilla de la Sierra (La Rioja)

Mansilla

El embalse de Mansilla, al suroeste de la comunidad de La Rioja, también bajo mínimos, deja ver las ruinas emergidas de la antigua ciudad del mismo nombre. A finales de los 50 se anegó la localidad si siquera haber terminado el nuevo pueblo de realojo, lo que dejó sin hogar a muchas familias. La ermita y dos de los puentes sobre el río Najerilla aún quedan en pie.

Aceredo (Ourense)

Aceredo

Esta aldea quedó anegada en 1992 por el embalse de Lindoso, en la frontera con Portugal, un proyecto conjunto entre las dictaduras de Franco y Salazar que se ejecutó décadas después. La sequía ha hecho emerger las ruinas del pueblo, que atrae a muchos turistas que quedan impactados por el paisaje desolador. 

Pantano de Iznájar (Córdoba)

Iznajar

La construcción de este pantano en la década de los 60 obligó a los habitantes de 22 pueblos a desalojar sus casas y sus tierras. La sequía hace emerger algunos de los edificios, las chimeneas de las fábricas, puentes o torres de la luz. 

Foto: Paco Baena Luque (Rute) 

Las Rozas de Valdearroyo (Cantabria)

Iglesia villanueva

El embalse del Ebro construido en la década de 1950 cubre el antiguo pueblo de las Rozas en Cantabria, además de los pueblos de Quintanilla de Bustamante y La Magdalena. desde el año 2000 el embalse está protegido como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). La iglesia a medio sumergir se conoce como «la catedral de los peces» y todavía se puede acceder al campanario a través de una pasarela. 

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