El Gran Cañón del Colorado es una maravilla natural que atrae a millones de visitantes todos los años, y no sin motivos, pero ¿sabías que hay cañones más profundos en el planeta?
En septiembre de 1540, el capitán García López de Cárdenas, a las órdenes del conquistador Francisco Vázquez de Coronado, llegó al borde sur de una inmensa grieta en la tierra. El intrépido capitán buscaba las legendarias Siete Ciudades de Oro y le acompañaba un grupo de guías de la tribu hopi. Tres soldados descendieron aproximadamente un tercio del cañón hasta que se vieron obligados a regresar por falta de agua, y hablaron de rocas «más grandes que la gran torre de Sevilla, la Giralda».
Seguramente los guías hopi, para quienes el cañón era un lugar sagrado en el que vivían desde hacía miles de años, no se fiaban lo suficiente para llevar a los españoles hasta el río. Ningún europeo volvió a visitar el cañón durante más de doscientos años, hasta que dos sacerdotes franciscanos recorrieron el borde norte, en lo que hoy es Utah, buscando un paso desde Santa Fe a California en 1776.
Todo en el Gran Cañón es superlativo. Se extiende a lo largo de 446 kilómetros entre los estados de Arizona y Utah, la mayor anchura entre sus bordes es de 29 km y alcanza una profundidad de 1.857 metros. Es imposible hacerse una idea de estas dimensiones viendo fotografías, y contemplarlo desde sus bordes es sobrecogedor.
Hace unos cinco millones de años el río Colorado estableció su curso por esta zona. En este tiempo el río cortó la roca como un cuchillo, creando las escarpadas paredes del Gran Cañón y exponiendo estratos que revelan casi 2.000 millones de años de historia geológica de la Tierra en la parte más profunda.
El Gran Cañón sobrecoge por lo escarpado de sus acantilados y por el efecto que produce esta enorme grieta en la inmensa planicie en la que se encuentra. Pero no es el cañón más profundo del mundo. Estos los que le ganan:
El cañón de Cotahuasi
El cañón de Cotahuasi (del quechua Kutawasi), está a unos 400 kilómetros de la ciudad de Arequipa en Perú, y tiene una profundidad que dobla a la del Gran Cañón y que alcanza 3.354 metros, medidos desde el río hasta la cima de una montaña en su corde. Como ocurrió con su pariente de Arizona, el río Cotahuasi erosionó el cañón en unos pocos millones de años ahondando el valle entre dos macizos montañosos: el Coropuna, de 6.425 metros de altura y el Solimana de 6.093 metros.
A pesar de sus dimensiones, el Cotahuasi es menos conocido que el Gran Cañón. El hecho de encontrarse en medio de grandes macizos montañosos hace que sea más difícil apreciar su enormidad. Aún así, el cañón es un paisaje único que alberga en su interior pueblos, granjas, campos de cultivo y restos de las civilizaciones incas y preincaicas, que lo habitaron durante miles de años.
La garganta de Kali Gandaki
El desfiladero de Kali Gandaki o Andha Galchi lo forma el río Gandaki en Nepal, en el Hiumalaya. Kali significa «río». Aunque es difícil y controvertido tomar medidas, algunos geólogos la consideran la más profunda del mundo.
Como ocurre en el anterior, este desfiladero separa dos grandes picos: el Dhaulagiri, con 8.167 metros de altura al oeste y el famoso Annapurna con 8.091 metros al este. Si se mide la profundidad de un cañón por la diferencia entre la altura del río y las alturas de los picos más altos a ambos lados, el desfiladero es el más profundo del mundo, con un desnivel máximo de 5.571 metros. El desfiladero de Kali Gandaki se ha utilizado durante siglos como ruta comercial entre la India y el Tíbet. En la actualidad, forma parte de una popular ruta de senderismo desde Pokhara a Muktinath, que forma parte del Circuito del Annapurna. Esta región es conocida por los fósiles de shaligram, que son fósiles de ammonitas, venerados como una de las cinco formas no vivas de Vishnu.
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