Las ballenas no solo están en alta mar y en países lejanos, también se pasean majestuosamente por nuestras costas, y estos son los lugares donde puedes encontrarlas

La relación entre los españoles y las ballenas es antigua y compleja. Durante siglos, la caza de ballenas fue una práctica común y un importante motor económico para ciertas regiones de España.

La tradición ballenera en España se remonta a la época medieval, siendo los vascos los primeros en aventurarse en esta actividad. Los registros históricos indican que, ya en el siglo XI, las comunidades costeras vascas cazaban ballenas en el Golfo de Vizcaya, en especial la ballena franca del Atlántico Norte (Eubalaena glacialis). Esta especie fue una fuente significativa de aceite y grasa, recursos que se utilizaban para la iluminación, como impermeabilizante y en diversas aplicaciones industriales.

Durante los siglos XVI y XVII, estas expediciones representaron una fuente de riqueza considerable para las comunidades vascas. Sin embargo, la sobreexplotación llevó a la disminución dramática de las poblaciones de ballenas, y la práctica desapareció.

Afortunadamente, en el siglo XX, el cambio de paradigma hacia la conservación de los cetáceos trajo consigo la prohibición de la caza comercial de ballenas. En 1986, la Comisión Ballenera Internacional (CBI) impuso una moratoria mundial sobre la caza comercial de ballenas, a la que España se adhirió. Desde entonces, la caza de ballenas ha sido sustituida por la observación de estos magníficos mamíferos, una actividad que atrae a turistas de todo el mundo y fomenta la conciencia y el respeto hacia estos gigantes del mar.

Ahora bien, ¿dónde podemos observar a estos imponentes cetáceos en España? Afortunadamente, existen varios puntos estratégicos.

Las ballenas del Atlántico

En las ricas aguas de las costas españolas y del mar Mediterráneo, las ballenas son una presencia impresionante y cada vez más frecuente. Estos magníficos gigantes del mar visitan regularmente nuestras costas, ofreciendo un espectáculo increíble para aquellos con suerte de observarlos.

En aguas españolas, particularmente en el Estrecho de Gibraltar y en la costa atlántica, se pueden encontrar hasta siete especies diferentes de cetáceos, incluyendo la ballena azul, la ballena fin y la ballena de Bryde. Los estudios sugieren que estos animales encuentran en nuestras costas un lugar idóneo para alimentarse y migrar, dada la abundancia de su alimento preferido, el krill, en estas aguas.

En la zona del Estrecho de Gibraltar, principalmente entre los meses de abril a octubre, varias empresas ofrecen viajes para avistamiento de cetáceos. Asimismo, en el área de las Islas Canarias, una importante parada para las ballenas en sus rutas migratorias, también se pueden realizar excursiones.

Las ballenas del Mediterráneo

Las ballenas del Mediterráneo, por otro lado, tienen una historia única. Aunque menos comunes que en el Atlántico, las especies como la ballena de aleta, el rorcual común y el cachalote se pueden encontrar en estas aguas. El Mar Mediterráneo es un hábitat particularmente desafiante para las ballenas debido a la densidad del tráfico marítimo y la contaminación acústica, factores que tienen un impacto negativo en su comportamiento y supervivencia.

Cabe señalar que el avistamiento de ballenas es una actividad que debe realizarse con respeto y responsabilidad para evitar perturbar a estos increíbles animales. La Asociación Española de Cetáceos ofrece directrices para asegurar una experiencia sostenible y consciente con nuestro medio ambiente.

A pesar de los desafíos, el futuro de las ballenas en las costas españolas y en el Mediterráneo es prometedor, gracias a los esfuerzos de conservación y al creciente interés del público en su protección. A través de la ciencia, la educación y el respeto, podemos garantizar que las futuras generaciones también puedan maravillarse con la majestuosidad de las ballenas en nuestras costas.

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