El planeta tiene cuatro polos: los dos geográficos, que determina el eje de rotación, y los dos magnéticos, donde el campo magnético se vuelve vertical y las brújulas dejan de funcionar
En algún momento durante la dinastía Han en China, entre el siglo II a.e.c. y el siglo III e.c., alguien descubrió que una aguja de un tipo especial de hierro flotando en agua apuntaba siempre al norte. Este invento revolucionó la navegación, tanto terrestre como marítima, ya que proporcionaba una forma confiable de determinar direcciones y orientación, lo que era esencial para el comercio y la expansión de los imperios.
Este descubrimiento fue posible porque la Tierra es un gigantesco imán. El campo magnético de la Tierra se origina en el núcleo externo de hierro líquido del planeta, donde las condiciones de calor extremo y presión generan corrientes eléctricas. Este proceso se conoce como el «dínamo geodinámica» y es responsable de la generación del campo magnético terrestre, y de que las brújulas funcionen.
Sin embargo, hay dos lugares en la Tierra donde las brújulas dejan de funcionar: los polos magnéticos.
Los cuatro polos de la Tierra
La Tierra tiene dos tipos de polos: los polos geográficos y los polos magnéticos. Los polos geográficos son los puntos donde el eje de rotación de la Tierra atraviesa su superficie, y son los puntos alrededor de los cuales la Tierra gira.
Los polos magnéticos, por otro lado, son las áreas de la superficie terrestre donde el campo magnético de la Tierra es más intenso y vertical. Sin embargo, los polos magnéticos no coinciden con los polos geográficos. Además, la ubicación de los polos magnéticos no es fija y cambia con el tiempo. El polo magnético norte no está ubicado en el Polo Norte geográfico y lo mismo ocurre con el polo magnético sur y el Polo Sur geográfico.
El polo magnético norte se encuentra en algún lugar del Ártico canadiense, en constante movimiento hacia el oeste a una velocidad de varios kilómetros por año. El polo magnético sur se encuentra en el océano Antártico, cerca de la costa de la Antártida, y también está en movimiento.
Lo que ocurre en los polos magnéticos es que son los puntos donde las líneas del campo magnético de la Tierra emergen de la superficie y son más perpendiculares al suelo. Estas áreas son de gran importancia para la navegación y para muchas actividades que dependen de la brújula, ya que la aguja de la brújula apunta en dirección al campo magnético terrestre. Sin embargo, debido a la variabilidad y el movimiento de los polos magnéticos, los navegantes y las personas que utilizan brújulas deben tener en cuenta estas fluctuaciones y ajustar sus cálculos según sea necesario.
En los polos magnéticos de la Tierra, las brújulas pueden comportarse de manera inusual, la aguja puede volverse muy inestable y su comportamiento puede ser impredecible, se balancea y gira, en lugar de apuntar en una dirección constante.
Viaje a los polos magnéticos
Es posible viajar a las regiones cercanas a los polos magnéticos de la Tierra, aunque es importante tener en cuenta que estas áreas a menudo son remotas y pueden presentar desafíos logísticos debido a las condiciones climáticas extremas y la falta de infraestructura. Hay varias expediciones turísticas y científicas que se llevan a cabo en las cercanías de los polos magnéticos, tanto en el Ártico como en la Antártida.
En el caso del Polo Norte magnético, las expediciones suelen realizarse en el Ártico canadiense o en el Ártico ruso. Algunas compañías ofrecen cruceros y expediciones en trineos tirados por perros que llevan a los viajeros cerca de la región del Polo Norte magnético. Sin embargo, alcanzar el punto exacto del Polo Norte magnético puede ser complicado debido a las condiciones del hielo en constante cambio y la variabilidad de la ubicación del polo.
En el caso del Polo Sur magnético, las expediciones generalmente se realizan en la región del océano Antártico cercana a la Antártida. La falta de tierra firme cerca del Polo Sur magnético puede hacer que el acceso sea más difícil, y las expediciones generalmente se realizan en barcos y embarcaciones especializadas.
El primer equipo de particulares que alcanzó el polo norte magnético lo hizo en 1996, dirigido por David Hempleman-Adams. Incluía a la primera mujer británica Sue Stockdale y a la primera mujer sueca en llegar al Polo. El equipo también rastreó con éxito la ubicación del Polo Norte Magnético en nombre de la Universidad de Ottawa, y certificó su ubicación mediante magnetómetro y teodolito en 78°35′42″N 104°11′54″W.
Además, la Polar Race fue una competición bianual que se celebró desde 2003 hasta 2011. Tuvo lugar entre la comunidad de Resolute, a orillas de la bahía de Resolute, Nunavut, en el norte de Canadá y la ubicación en 1996 del polo magnético norte a 78°35′42″N 104°11′54″W, también en el norte de Canadá.
Más recientemente, en 2007, el programa Top Gear y sus presentadores afirmaron ser las primeras personas en la historia en llegar en coche a la ubicación de 1996 del polo magnético norte en el norte de Canadá. Lo que ocurrió fue que para entonces, el polo magnético se había movido varios cientos de kilómetros más al norte de la posición de 1996.
No debemos olvidar que los polos magnéticos también desempeñan un papel crucial en la protección de la Tierra contra el viento solar y las partículas cargadas del espacio exterior. El campo magnético terrestre, generado por el movimiento del hierro líquido en el núcleo externo de la Tierra, actúa como un escudo que desvía muchas de estas partículas dañinas alrededor del planeta, protegiendo así la vida en la Tierra de la radiación nociva.
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