Sin carreteras, con condiciones climatológicas extremas y enclavados en entornos naturales únicos. Lugares que siguen resistiendo al paso del tiempo (y del hombre).
Hay uno: el caimán americano, que comparte el detalle sexual más sobresaliente del monstruo azul de la oscarizada película de Guillermo del Toro (aviso de spoiler: no sigas leyendo si no has visto la película…).