La construcción de una presa en el Danubio usa la arqueosismología, que estudia los terremotos en el pasado, para prevenir terremotos en el futuro

Los terremotos son sucesos que pueden cambiar el curso de la historia. Los más potentes han provocado en cuestión de segundos la caída de ciudades prosperas y cambiaron la economía mundial, como el terremoto de Lisboa de 1755, y que frenó la expansión de Portugal como potencia mundial. Sin embargo, otros terremotos duraron meses y no fueron detectados.

La paleosismología es una rama especifica de la geología que se encarga de estudiar los terremotos que ocurrieron hace millones de años. Dentro de las rocas quedan registros sísmicos de los temblores más potentes. Deformaciones y roturas específicas que los científicos son capaces de identificar millones de años después de haya ocurrido el terremoto.

Dentro de la rama de la paleosismología se incluye la arqueosismología, al igual que su hermana mayor, se encarga de estudiar los terremotos del pasado, pero en tiempos históricos. Analizando el paisaje y apoyándose, si es que existen, en los registros, pinturas e incluso leyendas, son capaces de identificar seísmos en épocas históricas concretas.

El temblor húngaro de hace 500 años

El caso más reciente ha sido la identificación de un terremoto de hace 500 años en un pueblo medieval de Hungría que podría ayudar a prevenir nuevos seísmos en la región. Los edificios antiterremotos son un invento reciente y en el pasado ni siquiera los castillos de la nobleza resistían los temblores de la tierra.

Una investigación de la Universidad de Eötvös en Budapest, ha confirmado que en el pueblo de Visegrád hubo un terremoto en agosto del año 1541. La investigación ha mapeado los terrenos hundidos de un monasterio del siglo XVI en los que la tierra se movió como si fuese liquida, un efecto común en los terremotos de magnitud considerable.

La pista definitiva fue el estudio del Castillo de Visegrád, concretamente una de las torres. El edificio ha sido restaurado en numerosas ocasiones, pero en pinturas y fotografías de distintas épocas aparecen grietas características de actividad sísmica en una de las torres, que incluso llegó a caerse.

Aunque pueda parecer una simple curiosidad histórica, conocer zonas sensibles a seísmos ayuda a evitar actividades humanas que pueden incitar terremotos. Cerca de Visegrád está el río Danubio, en el cual tenían pensado construir una presa. Ahora tanto la construcción como la propia presa tendrán en cuenta las condiciones sísmicas de la zona para que el resultado sea totalmente seguro y no cree imperfecciones, aunque eso ponga un poco más difícil el trabajo a los arqueosismólogos del futuro.

REFERENCIAS

Destruction of the Royal Town at Visegrád, Hungary: Historical Evidence and Archaeoseismology of the A.D. 1541 Earthquake at the Proposed Danube Dam Site