Las pruebas de ADN reescriben la historia de las personas enterradas en la erupción volcánica de la antigua Pompeya
En el año 79 de nuestra era, el activo sistema volcánico del sur de Italia conocido como Somma-Vesuvius entró en erupción, sepultando la pequeña ciudad romana de Pompeya y a todos sus habitantes. La «erupción de Pompeya» lo cubrió todo con una capa de ceniza que preservó muchos de los cuerpos. Ahora, el ADN antiguo recogido de los famosos moldes de cadáveres altera la historia que se ha escrito desde el redescubrimiento de la ciudad, antaño olvidada, en el siglo XVIII. Según se publicó el 7 de noviembre de 2024 en la revista Current Biology, las pruebas de ADN muestran que el sexo de los individuos y sus relaciones familiares no coinciden con las interpretaciones tradicionales que se habían formulado en gran medida a partir de suposiciones modernas.
«Los datos científicos que aportamos no siempre se alinean con las suposiciones comunes», afirma David Reich, de la Universidad de Harvard. «Por ejemplo, un ejemplo notable es el descubrimiento de que un adulto que llevaba un brazalete dorado y sostenía en brazos a un niño, interpretados tradicionalmente como una madre y su hijo, eran un varón adulto y un niño no emparentados. Del mismo modo, se descubrió que una pareja de individuos que se creía que eran hermanas, o madre e hija, incluía al menos un varón genético. Estos hallazgos desafían las suposiciones tradicionales sobre género y familia».
El equipo del estudio, formado por Alissa Mittnik, también de la Universidad de Harvard, y David Caramelli, de la Universita di Firenze (Italia), había oído las historias de Pompeya. Se dieron cuenta de que el ADN antiguo y los isótopos de estroncio utilizados para datar las muestras podrían ayudarles a comprender mejor la diversidad y los orígenes de los habitantes de Pompeya. Extrajeron ADN de restos óseos muy fragmentados mezclados con los moldes de yeso, centrándose en 14 de los 86 moldes que están siendo restaurados.
El objetivo de los investigadores era aprender todo lo posible de las pruebas de ADN sobre estas 14 víctimas. Su enfoque les permitió determinar con precisión las relaciones genéticas, el sexo y la ascendencia de esos 14 individuos. Lo que descubrieron contrastaba en gran medida con suposiciones largamente sostenidas basadas únicamente en el aspecto físico y la posición de los moldes.
Los datos genéticos ofrecieron una visión de la ascendencia de los pompeyanos, revelando que tenían diversos antecedentes genómicos. Descendían principalmente de inmigrantes recientes del Mediterráneo oriental. Según los investigadores, este hallazgo pone de relieve el carácter cosmopolita del Imperio Romano.
«Nuestros hallazgos tienen implicaciones significativas para la interpretación de los datos arqueológicos y la comprensión de las sociedades antiguas», afirma Mittnik. «Destacan la importancia de integrar los datos genéticos con la información arqueológica e histórica para evitar interpretaciones erróneas basadas en suposiciones modernas». Este estudio también subraya la naturaleza diversa y cosmopolita de la población de Pompeya, reflejo de patrones más amplios de movilidad e intercambio cultural en el Imperio Romano.»
Los hallazgos ponen de relieve la necesidad de un enfoque multidisciplinar que incluya el análisis genético para comprender plenamente el pasado de Pompeya y más allá, afirman los investigadores.
«Este estudio ilustra lo poco fiables que pueden ser los relatos basados en pruebas limitadas, que a menudo reflejan la visión del mundo de los investigadores de la época», afirma Caramelli.
REFERENCIA
Imagen: Calcos mortuorios de las víctimas de la Casa del Brazalete de Oro, Pompeya (Italia). Al fondo a la derecha, la supuesta mujer con un niño. Parque Arqueológico de Pompeya