Parece que sí, según se supo hace pocos meses. Concretamente son las hembras de macaco de cola de muñón (Macaca arctoides) las que ofrecen sus favores a cambio de una sesión de despiojado. Investigadores de la Universidad Tecnológica Nanyang en Singapur estaban siguiendo las costumbres sexuales y ya creían saber que la frecuencia de apareamientos por hembra era de 1,5 veces por hora (en época de celo). Pero observaron que a veces ese promedio subía a 3,5 veces cada 60 minutos sin existir un motivo fisiológico ni de cortejo aparente. Y atando cabos, detectaron que las más activas eran las que acababan de ser despiojadas por un macho, lo cual les llevó a deducir que les pagaban por ello.
Otro dato muy humano que constataron los científicos fue que las leyes del mercado regían en estos intercambios. En comunidades con escasez de hembras, los machos debían despiojar a sus parejas durante 16 minutos, mientras que en grupos con más “chicas”, bastaba con una pasada de menos de ocho minutos. Este tipo de macaco, habitual en Indonesia e India, es una especie amenazada, según la Unión Mundial para la Conservación (IUCN, en inglés).
Enviada por Norah y Fermín, Madrid
Redacción QUO