Por un bulo popular, ya que no es del todo cierto. La saliva del perro (y la del ser humano) está muy en contacto con el exterior, y por eso alberga muchos agentes bacterianos.
Es cierto que cuando un perro tiene una herida se la lame, porque le pica y porque“sabe” que el ácido ascórbico de la saliva reacciona con los nitratos de la piel formando pequeñas concentraciones de monóxido de nitrógeno, que ayuda a cicatrizar y desinfectar sus heridas. Pero eso muchas veces es contraproducente, ya que una herida que se mantiene húmeda puede empeorar.
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Redacción QUO