Después de un día de trabajo debería volver a mi hogar, en el campo. Pero la realidad es que a menudo mudarse a las afueras no significa ser ecológico. De hecho el campo consume en España el 75% de los recursos del agua y los hogares sólo el 15% (el resto se lo lleva la industria). Pero no solo en consumo de agua gana la ciudad. En toda España el uso del metro ha subido entre abril del 2007 y el mismo mes de este año, un 17%, mientras que el uso de trenes solo aumentó un 5%. Cada vez más, los urbanitas utilizan medios de transporte no contaminantes y hasta hay iniciativas para que el transporte urbano sea más ecológico a través de las bicicletas. Barcelona ha instalado un sistema de alquiler de estos vehículos que permiten retirar una bici en un parking y devolverla al finalizar el día, en otra parte de la ciudad. A esto se le une que en las ciudades cada vez hay más edificios ecológicamente eficientes que gestionan su propio tratamiento de aguas, climatización y energía. Mitos ecológicos hay muchos, quizás porque, como dice Al Gore, hay verdades incómodas. Y mentiras cómodas.
Redacción QUO