Si uno observa con atención el pelaje de las cebras, puede pensar que lo más lógico es que sean blancas con rayas negras: el vientre es más blanco que negro, así que sería más sencillo para la naturaleza pintar rayas oscuras que de color claro. Pero los científicos han observado que uno se equivocaría, puesto que los embriones de las cebras son negros hasta las últimas fases de su desarrollo, que es cuando aparecen las rayas blancas.
Redacción QUO