Las imágenes de decenas de osos polares hambrientos husmeando en varias casas de algunas localidades rusas han sido noticia estos últimos días
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
Estas imágenes de osos vagando un reflejo de los efectos del cambio climático en los ecosistemas y en la fauna, algo que desafortunadamente será cada vez mas frecuente en el futuro.
Así lo han vivido estos días los habitantes del poblado ártico de Belushia Guba, en el archipiélago de Nóvaya Zemliá. Allí habitan unas 1.500 personas que han observado atónitas como más de 50 osos polares buscaban desesperados alimentos en las calles de su población. En las regiones árticas es normal la presencia de estos plantígrados, pero de forma más aislada. Hasta ahora no se había visto una concentración como esta en la región.
El cambio climático detrás de la invasión
Esta inesperada aparición está relacionada de primera mano con el cambio climático. El oso polar habita en a la región ártica, la cual tiene una gran cantidad de hielo y constituye el hábitat de esta especie. Las altas temperaturas asociadas al calentamiento global están produciendo el descongelamiento del mar y reduciendo su habitual residencia. Según los últimos datos de la NASA, el área de hielo en el ártico se reduce cada década un 13% aproximadamente.
En concreto, el archipiélago ruso ha sufrido una clara disminución de su concentración de hielo marino: más de la mitad durante este pasado enero.
Zonas en azul indican regiones donde hay menos concentración de hielo de lo que solía haber. Cerca del archipiélago ruso la concentración de la superficie de hielo marino ha disminuido cerca del 50%
Esto también está alterando su alimentación. Los osos polares dependen de las focas, su principal comida, pero esta especie también está cambiando su lugar de permanencia debido a las altas temperaturas del océano.
Además, la menor presencia de hielo impide que los osos puedan cazar como lo hacían habitualmente por no hablar de que otras especies también están migrando y alimentándose de ellas. Sin lugar donde conseguir qué llevarse a la boca tienen que desplazarse hacia regiones más al interior y ahí es donde surgen los encuentros con los humanos.