La noticia que publicó Quo el día 24 de mayo bajo el título Identifican las razas de perro con mayor riesgo de morder a un niño ha desatado un intenso debate en las redes sociales, sobre todo por parte de personas que son asistidas por algún ejemplar a modo de terapia. La investigación, llevada a cabo por la Universidad Estatal de Ohio y el Centro Médico Wexner, hablaba de determinadas razas y rasgos físicos que presentan un peligro mayor de atacar y provocar lesiones graves. ¿Realmente importa la raza en el entrenamiento de animales que van a actuar como terapia con niños?
Mejor hablar de individuos
Desde la Fundación Affinity, prefieren hablar de individuos y no de razas. “Si bien es verdad que hay una tendencia general de creer que hay algunas razas más predispuestas que otras, la realidad confirma que cualquier individuo con unas características determinadas puede servir para la tarea. La prueba irrefutable de ello la encontramos en el programa Buddies, donde los perros que participan no son de razas y los resultados son excelentes”.
Según Affinity, lo importante es que los perros sean mentalmente seguros, fuertes y equilibrados. Deben ser también fiables, dóciles y cualificados para una determinada tarea. “El animal debe ser capaz de ayudar al paciente a trabajar para los objetivos que haya marcado el terapeuta en un contexto determinado. Dependiendo de esos objetivos, el perro tendrá que tener una serie de habilidades. En función del colectivo con el que trabajemos tendrá que hacer un tipo de ejercicio u otro”.
Otras cualidades que se le exigen son que inspiren confianza, disfruten del contacto humano, que no tengan trazas de agresividad hacia otros perros y mucho menos hacia las personas y que no padezcan ninguna enfermedad. La Fundación Affinity advierte además que la persona que trabaje con el animal tiene que ser un profesional de la salud o de la educación, un técnico o un guía que sepa protegerlo ante posibles reacciones inapropiadas por parte de los usuarios.
Seis héroes infantiles
Los perros terapéuticos empiezan a ser cada vez más habituales en hospitales infantiles. Destaca un estudio en el Southampton Children’s Hospital que está demostrando un efecto abrumadoramente positivo a la hora de reducir la ansiedad de los niños que esperan procedimientos médicos, según un informe publicado en British Journal of Nursing.
Se utilizaron tres adiestradores de perros y seis golden retrievers en todo el hospital. El estudio mostró un efecto positivo de estos animales durante las muestras de sangre, exámenes de radiología y otros procedimientos. La encuesta realizada a 200 miembros del personal y pacientes durante un año no mostró inquietudes acerca de la presencia, el comportamiento o la limpieza de los perros. Todas las personas que participaron dijeron que pensaban que los perros deberían usarse en hospitales de todo el Reino Unido.
Marian Benito