La calidad del esperma canino ha caído un 30% desde 1988 y una de las causas de su desplome podrían ser los contaminantes químicos en su comida, según el veterinario Richard Lea, de la Universidad de Nottingham (Reino Unido). Por eso, los bancos de esperma para mascotas y los tratamientos de fertilidad canina son, desde hace tiempo, una opción cada vez más demandada en España. El Hospital AniCura Arvivet Veterinaris recibe muestras de semen de todos los puntos del mundo, tanto refrigerado como congelado. La mayor demanda proviene de criadores de perros, aunque cada vez hay un mayor interés por propietarios particulares de mascotas.
“Tenemos congeladas muestras de semen de más de 100 perros de distintas razas”, comenta Josep Arús, cofundador de este centro especializado, y explica que la mayoría de semen disponible en bancos de esperma privados corresponde a perros de pura raza que han participado y ganado en campeonatos.
Según un comunicado de AniCura, tanto la inseminación artificial como la reproducción asistida en mascotas se ha desarrollado mucho en los últimos años de un modo acorde con el papel del perro en la vida del hombre . “No solo aumenta el número de animales de compañía sino también los que intervienen en actividades relacionadas con la belleza canina, el apoyo a discapacitados o el deporte de élite”.
Cuando las mascotas presentan problemas de fertilidad, la inseminación artificial es una de las técnicas más efectivas para aumentar las probabilidades de la concepción. De hecho, a través del uso de esta técnica no solo se consigue aumentar las posibilidades de éxito, sino también un mayor número de cachorros por camada.
El procedimiento de inseminación es complejo, se realiza con la perra despierta y no exige su hospitalización. Se introduce un endoscopio y con la ayuda de un catéter especial se deposita el semen directamente en el útero a través del cérvix. Si el proceso ha resultado exitoso, hay que esperar alrededor de dos meses para conocer a los nuevos cachorros, aunque el diagnostico ecográfico se realiza a los 18 días.
Para aumentar las probabilidades de éxito, los especialistas en reproducción asistida en mascotas buscan el momento óptimo para la inseminación. «Realizamos un seguimiento de la hembra a través de citologías vaginales, análisis hormonales e incluso ecografías ováricas. Una vez determinado el mejor momento, se procede con la inseminación», señala Arús.
El proceso es más complejo en los gatos
Aunque es posible conservar el esperma de gato, el proceso es mucho más complejo en los felinos., debido a la dificultad a la hora de extraerlo y el menor volumen espermático que presentan los machos de esta especie. En los perros es más sencillo, extrayéndose de forma manual y sin la necesidad de utilizar ningún instrumento o técnica compleja. “Además, la tasa de éxito para la inseminación en gatos es muy inferior en comparación con el caso de los perros. Un 10% para los gatos y alrededor del 65% con semen congelado y entre el 95% y el 100% con semen fresco o refrigerado en los perros”, apunta el experto en reproducción.
Los únicos requisitos que se deben cumplir para poder congelar el esperma canino es que el perro tenga menos de 10 años y no sea transmisor de algunas enfermedades siguiendo la normativa de la Real Sociedad Canina de España (RSCE).