Solo 0,7 segundos. Las medusas disponen en la superficie de sus tentáculos de un diminuto arpón tóxico conocidos como “cnidocitos”. Cada uno de estos pequeños gatillos capilares, que tienen una forma similar a la de una bombilla, contiene un túbulo enrollado y espinoso lleno de veneno que se encuentra sellado a gran presión.
Si te ha picado una, no te rasques y mucho menos rocíes la herida con orina como dice la leyenda urbana. La orina contiene agua dulce –además de un montón de bacterias- y lo que conviene en estos casos es lo contrario. Limpia con una toalla los tentáculos que hayan podido quedar adheridos a la piel y lava la herida con agua salada. Si los síntomas persisten o se agravan, acudir al médico es lo más sensato.
Publicado para #Quonectados nº 203.
Redacción QUO
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