Países como Estados Unidos tienen un auténtico problema: producen más de 2.000 toneladas al año de residuos nucleares. La mejor solución para deshacerse de ellos, al menos hasta ahora, es enterrarlos en lo más profundo de la tierra. Sin embargo, dos científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) creen haber encontrado un modo mejor, no solo para eliminar los residuos nucleares, sino también para reciclarlos y que sirvan como fuente limpia de energía capaz de abastecer a todo el planeta hasta 2083.
El sistema habitual para producir energía nuclear es el que todos conocemos: se insertan barras radiactivas en el núcleo del reactor y allí el material fisionable se convierte en energía. Sí, lo que hace Homer Simpson, tal cual. El problema es que esto no es muy eficiente. Durante los cuatro años de vida útil que tiene de media una de estas barras, solo se emplea el 3% del material radiactivo que contiene. El 97% restante son desechos, que se almacenan en cementerios nucleares.
¿Pero y sin vez de deshacernos de ellos los reciclásemos para capturar toda la energía que les queda? Eso es lo que estos científicos parecen haber conseguido. La clave está en los reactores de sal fundida (MSR por sus siglas en inglés), que utilizan ese mismo material como refrigerante o incluso como combustible. Dichas sales han demostrado ser disipadores de calor mucho más efectivos que el helio, elemento que se emplea en los reactores de agua convencionales.
Por tanto, a diferencia de los reactores de agua ligera, un MSR funciona a temperaturas muy elevadas que permiten una gran eficiencia termodinámica sin que la presión atmosférica dispare el estrés mecánico del sistema. ¿Y nadie se había dado cuenta hasta ahora de que esto era posible? Claro que no. Ya a mediados de los 50 se experimentaba con este tipo de reactores, pero resultaban demasiado grandes y pesados.
Ahora Leslie Dewan y Mark Massie, del MIT, han actualizado la tecnología del experimento original para construir un reactor de sal fundida que además reutiliza residuos, tanto de uranio como de torio (se conoce como WAMSR, por sus siglas en inglés). El invento, según sus creadores, sorprende por su eficiencia: es capaz de utilizar hasta el 98% del material radiactivo que queda en las barras desechadas para producir energía. Y solo con el 50% ya sería un avance increíble…
Cada reactor de este tipo costaría más de 1.150 millones de euros y sería capaz de generar 500 megawatios de energía. ¿Parece caro? Pues resulta que no lo es: un reactor de agua ligera capaz de producir tan solo el doble de energía cuesta más de 5.300 millones de euros. Así que además de ser capaz de producir energía para 70 años, el proyecto de estos investigadores en realidad es una ganga.
Redacción QUO
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