Hay varios, y casi todos viven en zonas abisales o preabisales, que es donde la luz casi no llega a penetrar. Los más llamativos son los de la especie Himantolophus, que cuentan con uno o varios cilos (similares a una aleta alargada) llamados “fósforos”, que emiten luz gracias a las bacterias bioluminiscentes que albergan.
El pez de la foto, un Himantolophus groenlandicus (los sajones lo llaman “pez pescador”), tiene dos ojos muy poco desarrollados, por lo que esta luz le sirve para dos cosas: mejorar su visión y atraer a las presas que, en su entorno de oscuridad, sienten atracción por los puntos luminosos. Para suplir su falta de visión, también cuenta en los laterales con varios puntos plateados que son sensores de movimiento y presión.
Enviada por Alex Ortín Boetti, Madrid
Redacción QUO
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…