Bajo el mar

Hay instantes mágicos en los que ocurre algo que rara vez tenemos el privilegio de participar como especie. Momentos que apenas llegamos a intuir, pero ocurren, probablemente, más a menudo de lo que imaginamos. A veces, los humanos, no participamos de ellos, pero otras somos nosotros los que los gestamos. Y, si ocurren bajo el mar, en un entorno completamente distinto al habitual, la sorpresa puede estar garantizada.

Uno de ellos es el ataque, frustrado, de este pequeño tiburón toro o tiburón del Zambesi (Carcharhinus leucas) que se adentra en un estuario (estos escualos pueden vivir en agua dulce y salada y se adentran decenas de kilómetros en ríos) pensando que podría darle un bocado a unos hipopótamos. El vídeo fue realizado por la guía turística Stacey Farrellen el parque natural ISimangaliso Wetland Park, en Sudáfrica.

Otro instante extraño también capturado en Sudáfrica, enfrenta a un pingüino y a un tiburón. El segundo se alimenta a diario de estas pequeñas aves, pero en esta caso, se enfrenta a un pingüino demasiado chulo para él.

A veces, los encuentros más sorprendentes también nos incluyen a los humanos como especie. En esas ocasiones, habitualmente, quedamos empequeñecidos por los habitantes del océano, como les sucede a estos buceadores que se encuentran con un pez luna (Mola mola) de proporciones gigantescas. Estos peces pesan unos 1.000 kilos promedio, pero hay ejemplares que duplican este peso y pueden sobrepasar los 4 metros de largo. Encontrarse con uno de estos gigantes es una experiencia inolvidable.

Por último un producto nacional. Probablemente uno de los más sorprendentes. Filmado por los Ocean Brothers (nada que ver con la película) en El Hierro, es una muestra de lo que un entorno de ingravidez y creatividad, pueden aportar a la visión de los océanos. Y cómo jugar con la perspectiva y la confusión. Sus autores son Armando del Rosario Pinilla, Francisco del Rosario Pinilla y Armiche Ramos Quintero.

Juan Scaliter