Descubierto en 2003 por un equipo de daneses liderados por Jon Fjeldså, de la Universidad de Copenhague, el Sapayoa es un enigma genético: sus parientes más cercanos se encuentran en Asia y África. Tan misterioso resulta su procedencia, que esta pequeña ave lleva el misterior en su nombre: Sapayoa aenigma.
Ahora un estudio publicado en The Auk: Ornithological Advances, demuestra por primera vez que sus orígenes están vinculados a parientes a miles de kilómetros de distancia. vincula su historia natural a sus parientes evolutivos miles de millas de distancia gracias a un trabajo de campo realizado por un equipo dirigido por Benjamin Van Doren, de la Universidad de Cornell, que durante 70 horas (a lo largo de diez días) se dedicaron a observar a un grupo de Sapayoas formado por un macho, una hembra, dos machos inmaduros y dos polluelos.
Entre las conclusiones, los expertos destacan varios factores sorprendentes. Por ejemplo, el análisis del nido, en forma de pera y que cuelga de las ramas, es consistente con los miembros del grupo suboscinos propios del “Viejo Mundo”.
También resultó sorprendente el comportamiento social que observaron en esta “familia” y que incluía montarse entre individuos del mismo sexo, posiblemente para establecer su dominio y mantener la cohesión social, algo que demostró ser importante, ya que entre todos los miembros del grupo alimentaban a los polluelos.
«El Sapayoa es tan diferente de otras aves paseriformes que se coloca actualmente en su propia familia, Sapayoidae, pero se sabe relativamente poco sobre su historia natural – explica Van Doren –. Este hueco en el conocimiento científico fue la razón por la que viajamos a Panamá, para aprender acerca de esta enigmática especie. Esperamos obtener más información acerca de sus relaciones evolutivas”.
Para el danés Fjeldså, responsable de su descubrimiento más de una década atrás, este nuevo trabajo podría ayudar a responder a las preguntas más importantes: “¿Cómo llegó a América del Sur? ¿Por qué se asemeja a un saltarín? , ¿Por qué se comporta como un suboscino del Viejo Mundo?”.
Juan Scaliter