Gran Bretaña tiene un gran problema con la superpoblación de ciervos. Más de un millón y medio de cérvidos habitan en los bosques británicos, lo que está causando un daño irreparable a aves del bosque como el ruiseñor, el cual se ha añadido a la lista de especies amenazas por primera vez en la historia.

Dicha población es la más alta de la historia, habiéndose duplicado desde 1999. Esto está provocando que un gran número de pájaros como los ruiseñores, las tórtolas (cuya población ha caído un 77% en la última década) o los papamoscas cerrojillo, hayan ido a parar a lista roja de los más amenazados.

Además, según ha explicado el doctor Markus Eichhorn en un estudio publicado en la revista Journal of Applied Ecology, al aumentar las poblaciones de ciervos, en el bosque hay un 68% menos de follaje por debajo de los dos metros, lo que impide que aves como los ruiseñores aniden en el suelo (de lo que depende su reproducción). A esto se añade que los ciervos son responsables de 50.000 accidentes de tráfico y la muerte de unas 20 personas cada año. El experto indica que el problema podría resolverse si se cazasen más ciervos con el fin de incluirlo como un elemento básico en la dieta británica. «Si queremos conservar la fauna de los bosques británicos, especialmente las aves, deberíamos llevar a cabo una reducción drástica de ciervos. No debemos pensar en esto como un sacrificio. Ya se come carne de venado en Gran Bretaña, pero si animos a la gente a consumir más ayudaría a conservar nuestros bosques».

Las poblaciones de ciervos han estado aumentando constantemente desde que una ley aprobada en 1963 detuviese su caza, cuestión que requiere que los cazadores dispongan de una licencia especial. Además, los depredadores de los ciervos son el lince y los lobos, por lo que el venado campa a sus anchas por los bosques sin miedo a ser pillado por uno de ellos.

El informe señala también que más de una cuarta parte de las aves británicas está en necesidad urgente de conservación, entre ellos el frailecillo, el alcaraván, el chorlito carambolo, la tarabilla norteña, la lavandera blanca o el esmerejón, los cuales, si no se toman medidas urgentes, serán incluidos dentro de poco tiempo en la creciente lista de especies amenazadas.

Fuente: telegraph.co.uk

Rafael Mingorance