E n la región india de Kerala, el hombre venera al elefante y le reserva algunas de sus leyes humanas.
Por ejemplo, el derecho a una jubilación, a partir de los 65 años, que cubre su alimentación y atención médica.
No en vano, aquí se ha levantado el más imponente geriátrico para elefantes, una residencia con una capacidad para 30 individuos impulsada por el Departamento de Vida Silvestre.
Los ejemplares más viejos se han ganado también un lugar de honor tras una investigación llevada a cabo en África por la Wildlife Conservation Society.
Han comprobado que el recuerdo de las sequías persiste en las hembras ancianas, lo que les permite emigrar a tiempo y asegurar una mayor tasa de supervivencia para su clan.
Redacción QUO