Hablar de personalidad en los animales resulta un poco arriesgado. Pero si se puede usar el término en un sentido figurado, para intentar comprender mejor algunas de las causas de su comportamiento. Por ese motivo,un equipo de investigadores de la Universidad de la British Columbia, en Canadá, ha intentado averiguar por qué hay vacas que siguen mostrando un importante nivel de estré aunque se mejoren sustancialmente sus condiciones de vida.
Para intentar descubrirlo realizaron un experimento con veinte vacas lecheras a las que se entrenó para manejar un mecanismo a través del cual recibían una recompensa (que consistía en un cubo transparente lleno de leche) o un castigo (el mismo cubo vacío, y la descarga de un chorro de aire en su rostro).
Finalizado el entrenamiento, se les sometió a la misma prueba, aunque ahora, al activar el mecanismo, solo veían un cubo opaco, por lo que no podían saber si estaba lleno o vacío. Pese a ello, algunas se arriesgaron, y aunque obtuvieron un castigo (el cubo estaba vacío, y recibieron el chorro de aire en sus rostros), siguieron probando con el experimento hasta tener éxito y recibir su leche. En cambio, hubo otras, que evitaron el riesgo y no activaron el mecanismo.
En una segunda fase del experimento, se comprobó también que las vacas que más se arriesgaron eran también las que se mostraban más receptivas a las personas extrañas, y aceptaban sus caricias y cuidados. En cambio, las otras, las evitaban. Según los autores del experimento, los resultados parecen sugerir que hay vacas que tienen una actitud más «optimista y abierta» que parece innata, mientras que otras muestran una postura más negativa. Y eso podría influir en sus niveles de estrés diario. Por supuesto, es necesario seguir realizando muchos más experimentos para poder confirmarlo.
Vicente Fernández López