El cáncer está presente en casi todas las especies, salvo en algunas como la rata topo. Pero hay otras en las que esta enfermedad tiene una incidencia muy baja. Como los elefantes. Se calcula que hay un caso por cada veinte ejemplares (cuando entre los humanos la prevalencia es de uno por cada cinco). Y eso es algo muy extraño ya que, lo habitual es que cuanto mayor es el tamaño de un ser vivo, más posibilidades tenga de desarrollar la enfermedad. Entonces, ¿por qué los elefantes son tan resistentes a ella?
La respuesta, o al menos parte de ella, la ha encontrado un equipo de la Universidad de Utah. Los investigadores estudiaron la parte no codificable del ADN de esta especie, es decir, lo que se conoce como ADN basura. En la primera fase del estudio descubrieron que estos animales tienen veinte copias de un gen llamado p53 (los humanos solo tenemos una), que repara el daño celular provocado por el cáncer.
Y, ahora, han descubierto otros tres genes (llamados FANCL, VRK2 y BCL11A) que también realizan esa función. Para los investigadores hay una evidencia de que la especie ha evolucionado para desarrollar esa protección contra el cáncer ya que, de lo contrario, y al ser tan grandes no habrían sobrevivido. En cambio, los humanos, al ser mucho más pequeños no hemos desarrrollado esa ventaja evolutiva.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López