Gracias a los dibujos animados todos tenemos en la cabeza la idea de que los elefantes se asustan al ver a los ratones. Pero, ahora, investigadores del Greater Kruger National Park, en Suráfrica, han descubierto que lo que en realidad da miedo a estos colosos de la selva son otras criaturas más pequeñas: las abejas.
Los humanos no podemos captar las feromonas que despiden estos insectos, pero los elefantes si pueden hacerlo. Para comprobarlo, los investigadores situaron un recipiente del que emanaban feromonas de abeja en las proximidades de un manantial en el que solían beber los elefantes del parque. Y el resultado fue el esperado, ya que los animales al percibirlas, daban la vuelta y se alejaban del lugar.
En principio, puede parecer que la piel de los elefantes es lo suficientemente dura como para que pueda afectarles la picadura de una abeja. Pero lo cierto es que pueden hacerles bastante daño si les pican dentro de sus trompas y en la zona de los ojos. Por eso, creen que estos animales han desarrollado este mecanismo evolutivo que les permite detectar dicha amenaza.
El hallazgo tiene importantes aplicaciones, ya que permite utilizar las feromonas de las abejas como herramienta para mantener a los elefantes alejados de los asentamientos humanos.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López
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