La foto que os mostramos fue tomada por una mujer que vive en Queensland, Australia. La señora cortó varios gajos de naranja para que se los comiera su hijo, aunque no se los tomó todos. Y a la mañana siguiente, descubrió que los que quedaban habían cambiado de color y se habían vuelto morados.
Alarmada porque hubiera algo malo en la fruta que pudiese haber afectado a su hijo, la mujer se puso en contacto con la oficina del Queensland Health. Afortunadamente, el niño estaba bien, pero los funcionarios estaban especialmente intrigados por el color de la fruta. Y había una buena razón para ello.
Y es que en 2015 ya se había producido otro caso de una naranja que se volvió morada, y también en la misma localidad. En aquella ocasión realizaron análisis para encontrar restos de pigmentos o de yodo, que pudieran explicar la extraña coloración de la fruta. Pero todas las pruebas resultaron negativas.
Los investigadores aún no saben que causa esa curiosa y anómala pigmentación. Por eso, están analizando cuchillos y otros objetos de la casa que pudiesen servir para explicar el origen de esa llamativa reacción química.
Fuente: IFL Science.
Vicente Fernández López