El parón de transporte e industria como consecuencia de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 está limpiando las ciudades de la boina gris a la que estábamos acostumbrados. Pero, ¿qué supone el descenso en las emisiones de CO2 en la lucha contra el Cambio Climático?
Pedro Linares, profesor de Comillas ICAI y experto en Cambio Climático, responde a esta pregunta de QUO: ¿En cuánto puede ayudar a la reducción de emisiones el parón por el coronavirus?
Centramos la estimación en España. “Tenemos datos de cuánto se ha reducido la movilidad, y sabemos a cuantas emisiones equivale. Hacer el cálculo para la industria es más difícil, y es posible que haya aumento de emisiones por el uso de la calefacción en las casas, pero, si nos centramos solo en el transporte, que es lo más significativo vemos con qué datos contamos».
Lo que dice el CLH (la principal empresa de almacenamiento y transporte de productos petrolíferos de España) es que el consumo de combustible para automoción, diésel y gasolina, ha bajado alrededor del 70% durante el parón. Sabemos qué porcentaje de las emisiones que produce España proceden del transporte, y es aproximadamente un
27%. Así que la cuenta sale fácil. Si no nos movemos, pasaremos de un 27% a aproximadamente un 8% de las emisiones en España procedentes del transporte”.
Podría parecer un logro de peso. Pero no lo es. “Estamos hablando de que esa sería la reducción si el parón durara todo el año. El 27% se calcula en términos anuales”.
Ni siquiera con el parón total de tráfico durante un año entero conseguiríamos reducir las emisiones a las que nos hemos comprometido.
¿Con esto, entraríamos en los niveles de reducción del plan 20/30 trazado para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU? “Ni de lejos. Imagínate que mantuviéramos el confinamiento un año (emisiones
reducidas en un 15-20% como hemos visto). Con la reducción de la actividad industrial y la demanda de electricidad, pongamos que desciende un 10% más. Habríamos reducido un 25-30% nuestras emisiones. Y el objetivo para 2030 es reducirlas un 35%. Es decir, que aún tendríamos que reducir más”. Ni siquiera con el parón total de tráfico durante un año entero conseguiríamos reducir las emisiones a las que nos hemos comprometido.
Pero, ¿esto tendría un efecto notable en el clima? “En los temas de contaminación atmosférica, la conexión entre reducción de la movilidad y efectos ambientales es inmediata. Es decir, si para el transporte, las concentraciones de NOx y partículas bajan. Pero en el caso del CO2 es más complejo porque su acumulación en la atmósfera tiene mucha inercia. Cada molécula de CO2 emitida se queda doscientos años en la atmósfera, y hay acumuladas más de 3.000 millones de toneladas. Así que lo que podemos estar ahorrando con un parón de un año es el chocolate del loro en comparación con lo que tenemos”.
Habría que multiplicar por 2 el efecto del parón hasta 2030 (y luego seguir reduciendo), pero no un año ni dos, sino indefinidamente
Si queremos cumplir con el descenso de 1 grado y medio de la temperatura global, con este parón estaríamos ganando un poco de tiempo en el objetivo de conseguirlo, pero muy poco. Habría que multiplicar por 2 el efecto del parón hasta 2030 (y luego seguir reduciendo), pero no un año ni dos, sino indefinidamente”.