Los «zombie fires» o incendios zombi son incendios forestales que permanecen latentes bajo tierra durante el invierno y resurgen con la llegada de la primavera

En la última década, los incendios forestales han empeorado significativamente debido al cambio climático. La disminución de la humedad en el suelo y la vegetación seca actúan como combustible, facilitando la ignición y expansión de los fuegos en los bosques de todo el mundo. En países como Estados Unidos, Australia y Canadá, se registran temporadas de incendios cada vez más intensas y destructivas, con millones de hectáreas quemadas y comunidades enteras desplazadas.

Por si esto fuera poco, las regiones cercanas al Ártico en Canadá y EE UU sufren los incendios zombi, o «zombie fires». Estos incendios se mantienen activos en capas profundas de materia orgánica, como la turba, donde hay suficiente combustible y oxígeno para seguir ardiendo lentamente sin ser detectados.

En 2023, Canadá vivió la peor temporada de incendios forestales de su historia, con más de 18 millones de hectáreas quemadas. Este fenómeno no terminó con la llegada del invierno. En 2024, el número de incendios zombis en el oeste de Canadá es de 10 a 12 veces mayor de lo habitual debido a las condiciones climáticas, como un invierno más cálido y seco que el promedio, y una cobertura de nieve reducida.

El peligro de los incendios zombi

Los incendios zombi representan un riesgo significativo porque pueden reactivarse rápidamente con la llegada de temperaturas cálidas y vientos primaverales. Esto extiende la temporada de incendios forestales, que normalmente comienza en verano, adelantándola a la primavera.

En la actualidad, las provincias canadienses de Columbia Británica y Alberta están experimentando una reactivación de estos incendios, con numerosos focos activos que amenazan con extenderse y causar más daños. La sequía extrema y las condiciones cálidas aumentan este riesgo, y las autoridades han emitido órdenes de evacuación en áreas afectadas como Fort McMurray.

Además de los daños directos, los incendios zombi contribuyen a la liberación de gases de efecto invernadero, exacerbando el cambio climático. Este ciclo vicioso hace que los incendios forestales sean más frecuentes y severos, creando condiciones más propicias para futuros incendios zombi.

Para mitigar estos riesgos, las autoridades están incrementando sus esfuerzos de vigilancia y prevención, incluyendo la contratación de más bomberos y la implementación de prohibiciones de fuegos al aire libre cerca de áreas forestales. Sin embargo, combatir estos incendios es complejo, ya que requieren la eliminación de capas completas de suelo para extinguir los focos subterráneos.