El estreno de la película Twisters, que retrata a los cazadores de tornados en redes sociales, demuestra la fascinación del público por los peligros del clima extremo

Eventos climáticos extremos como huracanes y tormentas han aumentado tanto en frecuencia como en intensidad en los últimos años. Con esto ha venido un mayor interés público, lo que ha resultado en imágenes a menudo dramáticas que se transmiten en vivo en plataformas como YouTube, TikTok, Instagram o Discord.

Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Plymouth ha analizado por primera vez lo que podría estar motivando a las personas a ver estas imágenes, en algunos casos durante 12 horas seguidas.

La investigación se centró en la transmisión en vivo de tres eventos: el huracán Irma en 2017, el huracán Ian en 2022 y las tormentas Dudley, Eunice y Franklin en 2022. A través de un análisis detallado de los comentarios de los espectadores, se descubrió que las personas en las áreas afectadas estaban utilizando las transmisiones para discutir el asesoramiento oficial del gobierno que habían recibido, por ejemplo, sobre si evacuar o no.

La tormenta Eunice fue una de una serie de eventos climáticos extremos que golpearon al Reino Unido en 2022. Provocó vientos fuertes que causaron daños en tierra y mar, y esta imagen muestra olas que sobrepasan el rompeolas en Plymouth Sound (Reino Unido). Crédito: Lloyd Russell/Universidad de Plymouth

La tormenta Eunice fue una de una serie de eventos climáticos extremos que golpearon al Reino Unido en 2022. Provocó vientos fuertes que causaron daños en tierra y mar, y esta imagen muestra olas que sobrepasan el rompeolas en Plymouth Sound (Reino Unido). Crédito: Lloyd Russell/Universidad de Plymouth

Otras personas se sentían atraídas por las transmisiones porque tenían una conexión previa con la región afectada. Para estas personas, ver imágenes en vivo, que incluían tomarse un momento para compartir mensajes de «esperanza» de que el huracán o tormenta pasara sin destrucción, era una forma de mostrar apoyo a los lugares y personas afectadas por el evento.

La investigación fue publicada en la revista Environmental Hazards y fue realizada por el Dr. Simon Dickinson, profesor de georriesgos y riesgos en la Escuela de Geografía, Tierra y Ciencias Ambientales de la Universidad.

Las imágenes se convierten en un punto de referencia que las personas usan para comprobar su comprensión de la gravedad del evento

Según Dickinson, «cuando suceden cosas dramáticas, ya sea relacionadas con el clima o eventos como tornados o erupciones volcánicas, la gente corre a ver. Podrías asumir que esto es solo una forma de ser mirones en línea, y que las personas son naturalmente atraídas por las vistas espectaculares. Sin embargo, este estudio ha demostrado que los motivadores para ver imágenes de eventos climáticos extremos son más complejos. Las transmisiones en vivo brindan la oportunidad para que las personas cerca y lejos del evento interactúen en tiempo real. Las imágenes se convierten en un punto de referencia que las personas usan para comprobar su comprensión de la gravedad del evento, cómo funcionan los peligros y como un punto de encuentro en línea para compartir experiencias de eventos similares. Es una visión fascinante del comportamiento humano que antes no se había explorado».

La investigación se centró en nueve transmisiones en vivo de huracanes y tormentas de 2017 y 2022, que transmitieron un total de 65 horas de imágenes de video vistas por más de 1,8 millones de personas. Durante ese tiempo, 5.000 cuentas únicas dejaron más de 14.300 comentarios, lo que refleja el hecho de que las imágenes centradas en acontecimientos de importancia nacional o mundial generan una participación de la audiencia superior a la normal.

No son meros espacios de voyeurismo de catástrofes, más bien son espacios de aprendizaje, comunidad y apoyo emocional en un mundo que puede parecer cada vez más volátil

Muchas de las transmisiones eran canales de webcam ya existentes que se reutilizaron durante el huracán o la tormenta, como webcams que retransmitían el estado de las playas o los puertos. En algunos casos, los afectados retransmitieron imágenes en directo desde las cámaras de seguridad o los timbres de sus casas.

El estudio demuestra que la gente está dispuesta a aprender más sobre la ciencia que hay detrás de lo que está ocurriendo, lo que pone de relieve la necesidad de realizar más trabajos que examinen cómo la gente utiliza las nuevas tecnologías para dar sentido al riesgo de peligro.

El Dr. Dickinson añade: «Aunque los científicos están mejorando la comunicación de los riesgos, es mucho más probable que la gente hable de ellos en entornos informales y relativamente poco moderados. Los momentos de condiciones meteorológicas extremas son importantes porque centran la atención de la gente y generan debate sobre los peligros, su funcionamiento y cómo nos afectarán cada vez más en el futuro. Por eso es importante que comprendamos las nuevas prácticas digitales, como las retransmisiones en directo, porque no son meros espacios de voyeurismo de catástrofes. Más bien son espacios de aprendizaje, comunidad y apoyo emocional en un mundo que puede parecer cada vez más volátil».

REFERENCIA

Watching the disaster unfold: geographies of engagement with live-streamed extreme weather