El calentamiento global ha alcanzado un nuevo máximo, superando el límite crítico, con los diez años más cálidos en la última década
El cambio climático ha llevado a la Tierra a niveles de calor nunca antes registrados, superando el umbral crítico de los 1,5 °C por primera vez. El Acuerdo de París busca limitar este incremento, pero las emisiones de gases de efecto invernadero complican el panorama.
El calentamiento global describe el aumento sostenido de las temperaturas promedio de la Tierra debido a la acumulación de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO₂). Estos gases atrapan el calor en la atmósfera, intensificando fenómenos climáticos extremos. El umbral de 1,5 °C sobre los niveles preindustriales, establecido como límite en el Acuerdo de París, representa un punto crítico para evitar daños catastróficos en el medio ambiente. El fenómeno de El Niño, que calienta temporalmente las aguas del Pacífico, también amplifica estos efectos, aunque el principal impulsor sigue siendo la actividad humana.
El año 2024 se ha coronado como el más caluroso desde que comenzaron los registros en 1850, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea. Por primera vez, las temperaturas globales superaron los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, lo que marca un punto de inflexión en la crisis climática.
El Dr. Carlo Buontempo, director de C3S, señaló que todas las bases de datos internacionales de temperaturas confirman este récord. De hecho, 2024 registró un incremento promedio de 1,6 °C, superando el récord anterior de 2023. Durante la última década, los 10 años más cálidos jamás registrados han tenido lugar, una clara señal de que la crisis climática se acelera.
El Acuerdo de París, firmado en 2015, tiene como objetivo limitar el calentamiento global a menos de 2 °C, con un esfuerzo adicional para mantenerlo por debajo de 1,5 °C. Sin embargo, según Samantha Burgess, del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo, la tendencia actual sugiere que estamos al borde de superar permanentemente ese límite. En los últimos dos años, las temperaturas ya han promediado por encima de esta marca crítica.
Aunque fenómenos naturales como El Niño contribuyen temporalmente al aumento de temperaturas, su impacto es menor en comparación con el efecto acumulativo de las emisiones humanas. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los niveles de CO₂ alcanzaron un récord de 420 partes por millón en 2023, muy por encima de las 280 ppm de la era preindustrial. Este aumento masivo de gases de efecto invernadero es el principal responsable del calentamiento.
Los efectos del cambio climático no son solo numéricos; los desastres naturales, como incendios forestales y olas de calor, son cada vez más intensos y frecuentes. Revertir esta tendencia requiere una acción global rápida y decidida. Como advirtió Buontempo, el futuro climático depende de nuestras decisiones actuales.
Aunque las energías renovables han ganado terreno, la creciente demanda energética dificulta la reducción de emisiones. Además, los cambios políticos, como los anunciados por el presidente electo Donald Trump, quien planea expandir la producción de combustibles fósiles en Estados Unidos, representan un desafío significativo.
De cara al futuro, 2025 podría ofrecer una ligera tregua gracias al fenómeno de La Niña, que enfría las aguas del Pacífico y atenúa las temperaturas globales. Sin embargo, el pronóstico del Met Office del Reino Unido prevé que el próximo año seguirá estando entre los tres más cálidos de la historia, solo por detrás de 2024 y 2023. En comparación, años previamente récord, como 2016, parecen ahora relativamente fríos.
La superación del umbral de 1,5 °C es una llamada de atención para acelerar las medidas de mitigación. Si bien el panorama es sombrío, el cambio aún es posible con un esfuerzo global coordinado para reducir drásticamente las emisiones y transformar nuestros sistemas energéticos.