El menú: cerdos, vacas u ovejas muertos. Son los manjares que reciben regularmente los buitres leonados del Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega (Segovia) creado hace 35 años por Félix Rodríguez de la Fuente. Hoy, gracias a los cuidados que les proporciona WWF, sus más de mil ejemplares forman una de las colonias más importantes del mundo. El comedero resultó fundamental cuando la crisis de las vacas locas obligó a prohibir el abandono de cadáveres animales en el campo. Quo estuvo allí como testigo de su festín de fin de semana y admirando la majestuosidad en vuelo que también exhiben estos vídos (míralos pinchando las imagenes):
Esta anilla lleva un número con el que queda registrado el individuo en la Oficina de Especies Migratorias del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Para aprender sobre ellos
Jugar y aprender con Félix
El Refugio de Rapces de de Montejo de la Vega (Segovia) fue fundado por Félix Rodríguez dela Fuente. Ahora, este gran defensor de la naturaleza protagoniza un nuevo juego de mesa para niños a partir de 7 años. Un cuaderno de campo y fichas sobre veinte especies emblemáticas servirán para responder preguntas y avanzar por el tablero.
Así de expectantes se muestran los animales al borde del cortado, mientras el guarda les acerca los cadáveres de cordero.
En el orden de platos, el buitre suele empezar por el aparato digestivo del animal y seguir por el resto de las vísceras.
El más hambriento es más agresivo y come primero. Una vez harto, se aleja del grupo y se exhibe al sol.
Las alas del buitre leonado representan un auténtico espectáculo cromático. Con ellas extendidas, su envergadura es de entre 236 y 280 cm.
La anilla amarilla la coloca la organización WWF para realizar un seguimiento científico de la evolución de la colonia de buitres.
La cabeza pelada de los buitres resulta higiénica: mira cómo ha dejado el festín al adulto de la izquierda.
Mientras algunos comensales ya han dado por finalizado el banquete, otros siguen llegando desde otros puntos del cortado.
Los buitres prefieren las partes blandas, y sus picos están adaptados para aprovecharlas.
A la hora de alimentarse, no hay contemplaciones: los graves y amenazadores graznidos suelen resultar bastante convincentes para mantener el orden. Si no es así, siempre puede recurrirse al afilado pico.
En la zona de Montejo de la Vega, está prohibido transitar por zonas superiores a las hoquedades en las que anidan los buitres, porque estos pueden asustarse y abandonar a sus huevos o crías.
En el banquete de hoy se han servido dos ovejas procedentes de rebaños de la zona.