Cuando cae la noche, la vida se transforma y la evolución saca a relucir sus dotes en un lapso que dura, desde hace milenios, solo 12 horas. Y no es extraño. En climas cálidos, la noche es más fresca y muchos animales que se ven afectados por el calor empiezan a competir por los bienes en la oscuridad. Esta, la competencia para obtener recursos, es una de las claves de la nocturnidad. Estar activo durante estas horas permite compartir un nicho: lechuzas y águilas (nocturnas y diurnas, respectivamente) persiguen las mismas presas, pero sus hábitos evitan cualquier tipo de conflicto.
Muchos animales que tienen un comportamiento catemeral (activos de día y de noche, por ejemplo el león) prefieren cazar en la oscuridad, ya que su sentido de la visión se ha adaptado a condiciones exiguas de luz, pero el de sus presas no.
Otra razón que sirve de acicate para la nocturnidad es la conservación del agua. En ecosistemas áridos, la actividad diurna demanda un alto gasto de líquidos.
Al salir la luna, en general, el aire se aquieta, los olores permanecen más tiempo y los ruidos llegan con más claridad. Todo esto ha producido adaptaciones en las especies que no se dejan confundir por la noche: ojos de mayor tamaño (búhos y lémures), refinado sistema auditivo (conejos) u otros sistemas, como la ecolocación de murciélagos.
De hecho, hasta la flora se ha adaptado: son numerosos los ejemplos de flores que se abren solo de noche, como las Ipomoea, que a falta de abejas u otros polinizadores, son visitadas por murciélagos que, amparados por la oscuridad, diseminan sus semillas.
La clave está en cuánto somos capaces de predecir de la pieza, y hasta qué…
Un nuevo estudio prevé un fuerte aumento de la mortalidad relacionada con la temperatura y…
Los investigadores ha descubierto un compuesto llamado BHB-Phe, producido por el organismo, que regula el…
Un nuevo estudio sobre la gran mancha de basura del Pacífico Norte indica un rápido…
Una nueva teoría que explica cómo interactúan la luz y la materia a nivel cuántico…
Pasar dos horas semanales en un entorno natural puede reducir el malestar emocional en niños…