Cuenta Seth Casteel, el autor de las imágenes de este reportaje, que la idea de fotografiar perros bajo el agua se la dio uno de ellos, Buster. Seth se dedica a retratar a estos animales de compañía en su entorno. Las sesiones, contratadas por sus dueños a un precio cercano a los 500 euros, son muy libres y él los persigue mientras ellos juegan y hacen su vida habitual. Pero Buster estaba empeñado en utilizar la piscina y no había modo de sacarlo de allí. “Mi objetivo”, confiesa Seth, “es compartir lo que a ellos les guste hacer; por eso se me ocurrió retratar los gustos de Buster… pero desde otro ángulo”. Y así, empezó a experimentar otras formas de arte. Primero se hizo con una cámara automática sumergible y, al ver el resultado, adaptó su Canon Eos 7D a una carcasa submarina, diseñó unas luces específicas (que prefiere no revelar cuáles ni cómo son) y, vestido con un traje de buzo y una máscara, se sumergió de cabeza en el proyecto.
Sin necesidad de tubos de oxígeno que limitaran sus movimientos (es capaz de aguantar unos 90 segundos bajo el agua), Seth utilizó pelotas de tenis con un peso extra para que no flotaran y otras que tuvieran colores llamativos para “tentar”a los perros. “Alguno no quería meterse en el agua”, señala el fotógrafo, “entonces, se hacían otras tomas. O soltaba desde el fondo una pelota que sí flotara para que metieran la cabeza un poco y ver qué conseguía. En el proyecto, pese a la supuesta agresividad que se observa, ningún perro salió lastimado. Tampoco sufrí ningún tipo de herida, pese a que estaba a centímetros de ellos. Lo que se observa en realidad es la excitación de los animales por recuperar un juguete”.
PURO INSTINTO PRIMITIVO DE DIVERTIRSE
Estas ansias son instintivas. Lo confirma Borja Capponi, experto en comportamiento canino y adiestrador de dueños y mascotas: “Perseguir objetos en movimiento se debe a que son depredadores, descendientes de lobos, y su celo de cazador los impulsa. Quizá este comportamiento esté más acentuado en las hembras”.
Pero la realidad es que hay que tener cuidado con esto que nosotros vemos como juego: “En algunos animales puede crear dependencia y ansiedad, y hay que aprender a controlarlo para que no produzca comportamientos agresivos”.
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