A partir de 2015, un edificio esférico se alzará sobre los acantilados de la isla de Portland, en la costa sur de Inglaterra. Su figura y su esencia están destinadas a llamar la atención tanto de nuestros ojos como de nuestra conciencia. Desde las paredes de su interior nos observarán las esculturas de todas las especies de plantas y animales que han dejado de existir en la Tierra desde que en el s. XVII murió el último ejemplar de dodo, el ave no voladora de isla Mauricio.

El monumento será la sede del Proyecto MEMO (siglas en inglés de Observatorio para la Monitorización de la Extinción de Especies), una iniciativa de científicos y artistas para detener la vertiginosa extinción de especies que está experimentando nuestro planeta. Se podrá visitar como enclave turístico y ofrecerá talleres para todo tipo de público. Desde allí se organizarán charlas, espectáculos, exposiciones y conferencias, pero también acciones online que puedan llegar a los rincones más alejados de la geografía. La idea partió en 2006 del escultor Sebastian Brooke, al que se han sumado impulsores de la talla de Ghillean Prance, promotor del Banco de Semillas del Milenio, y del ecólogo Edward O. Wilson. Juntos desean transmitir un claro mensaje: la desaparición de biodiversidad está relacionada con la actividad humana, pero también nos afecta directamente, ya que con ella se pierden funciones esenciales para los ecosistemas a los que nuestra especie se ha adaptado. Una campana aportará su simbólico ritmo, ya que se tañerá cada vez que se certifique una nueva extinción.

Pero además de informar, el proyecto desea implicar a toda la sociedad en la búsqueda de una solución a gran escala, más allá del establecimiento de reservas o medidas concretas para un tipo de animales. Algo que consiga el apoyo convencido de una mayoría de la Humanidad y de los agentes implicados en la toma de decisiones.

DATOS:

860 esculturas de especies extinguidas en todo el mundo quedarán albergadas en MEMO.

2 de los diez millones de especies que pueblan la Tierra han sido halladas y nombradas.

17.000 seres vivos actuales se han incluido en la lista roja de especies amenazadas.

Obra de todos

Las paredes del monumental edificio exhibirán esculturas talladas por personas de todo el mundo.

Padrino de lujo

El naturalista Edward O. Wilson ha asociado su Fundación con el proyecto. Aquí posa junto al molde de piedra de la Campana por la Biodiversidad” que colgará en MEMO.

Se quedaron de piedra

La rana Rheobatrachus desapareció hacia 1980, y la rana dorada (izda.) unos años después.

Muerto a tiros

La caza acabó con el rinoceronte negro del África occidental.

La ulti

El último ejemplar de Cyanea superba vive en Hawái.