Los animales del zoológico reciben estos días la sopresa de encontrar sus alimentos favoritos encerrados en un enorme bloque de hielo. Es una de las medidas para combatir la ola de calor que también afecta a los animales. Además estos alimentos estimulan la actividad física y mental de estas criaturas.
Al rico helado de plátano
Macacos japoneses se sientan al lado de un gran bloque de hielo que contiene frutas congeladas para ayudar a combatir el calor del verano en el Sendai Yagiyama Zoological Park en Japón.
Además del hombre, el macaco japonés, nombre científico Macaca fuscata, es el primate que vive más al norte.
Su cuerpo lo tienen todo recubierto de pelaje un espeso y lanoso, de color pardo. La cara y manos son muy rojas porque están repletas de vasos sanguíneos, a fin de mantener el calor en esas partes sin pelo.
Los macacos japoneses, también conocidos como monos de nieve, se mantienen en calor durante el invierno bañándose en las aguas termales de Nagano.
El lémur de cola anillada se encuentra únicamente en Madagascar. Habita en los bosques de ribera y matorral espinoso de las regiones del sur de la isla. Es un animal omnívoro y el más terrestre de los lémures; de comportamiento diurno, se mantiene activo exclusivamente durante las horas con luz del día.
Para conservar el calor y reforzar los vínculos sociales, los grupos se acurrucan juntos, formando una «bola de lémures»; les gusta tomar el sol, sentándose erguidos y mostrando la parte ventral, de piel blanca y más delgada.
Un oso polar se refresca con un polo gigante de fresa en el zoológico de La Flèche, el oeste de Francia.
El cuerpo del oso polar está diseñado para manejar el frío extremo, pero no el calor. Sus orejas y la cola son pequeñas para mantener el calor corporal. Para regular su temperatura, su piel cuenta con una gruesa capa de grasa y un frondoso pelaje traslúcido conformado por miles de pelos llenos de aire que lo mantienen a una temperatura estándar.
Realmente su piel es color negro, esto es para atraer más al sol y aumentar su calor corporal. El color blanco de su pelo es más bien un reflejo de la luz y no su color en sí.
Ahora me hago unos largos
Los reptiles regulan su temperatura aprovechando diferentes fuentes de calor externo, como la luz solar directa o las piedras, los troncos y el suelo calentados por el sol. Mediante el uso equilibrado de estas fuentes, las diferentes especies de reptiles mantienen una temperatura corporal más o menos constante, característica de cada especie, que suele ser superior a la del aire que les rodea. Sólo cuando el animal está en estado latente o inactivo la temperatura de su cuerpo es más o menos igual que la de su entorno. Ahora, en condiciones de calentamiento global, este mecanismo termorregulador vital los está matando a algunos lagartos: si pasan más horas de lo normal refugiados, tienen menos tiempo de alimentarse en su entorno, comen menos, se debilitan, se reproducen menos y corren peligro de extinguirse.
Un chimpancé recibe un sabroso helado de un empleado del zoológico para ayudar a soportar el intenso calor del verano en el parque zoológico de Río de Janeiro, Brasil.
El hábitat de los chimpancés es muy diverso. Las selvas tropicales son las áreas más comunes donde se encuentran. Sin embargo, también viven en las sabanas y en las áreas boscosas de las montañas. Son muy adaptables a una variedad de entornos, esta es la razón por la que su hábitat sigue siendo muy amplio.
Un elefante de un zoo de Alemania busca la ducha para refresarse.
Las orejas de los elefantes irradian el calor para ayudar a mantenerse frescos a estos enormes animales, aunque a veces el calor africano es demasiado para ellos. A los elefantes les encanta el agua, y disfrutan duchándose. Para ello, absorben agua con la trompa y se la rocían encima, de un solo trago un elefante es capaz de recoger con la trompa hasta 15 litros de agua. Después suelen cubrirse la piel con una capa protectora de polvo.
Un oso come dos bloques de hielo con alimentos en el zoológico israelí de Ramat Gan, al norte de Tel Aviv.
Los mamíferos están protegidos por su pelaje. El pelaje les puede servir para protegerlos tanto del frío como del calor.
Un macaco japonés muerde un gran bloque de hielo que contiene frutas congeladas para ayudar a combatir el calor del verano en el Sendai Yagiyama Zoological Park, en la prefectura de Miyagi, Japón.
Existen un montón de fuentes de alimentos para el macaco japonés que incluyen frutas, hojas, ramas y plantas. Consumen además pequeños insectos que encuentran durante el proceso de acicalamiento. Pueden consumir los hongos que crecen sobre la corteza de los árboles, también consumen pescado de vez en cuando.
Aparte de los seres humanos, son el único animal conocido por lavar sus alimentos antes de comerlos.
Una jirafa lame un bloque de hielo con frutas colgado en su refugio, en el zoológico de Londres.
La razón más importante por la cual las jirafas pueden vivir en la sabana son las hojas de los árboles. Estas le dan a estos animales el agua suficiente para ayudarlas a pasar los meses de invierno de intensa sequía. A pesar de que las jirafas visitan los abrevaderos cada tantos días, pueden pasar semanas sin agua potable.
Las jirafas tienen un sistema de vasos sanguíneos que pasan por debajo de las manchas rojizas de sus pelajes. Un vaso sanguíneo más grande rodea cada mancha y envía vasos más pequeños al centro de la mancha. En el centro, los vasos liberan calor desde el cuerpo, regulando la temperatura corporal del animal. Este es un factor que contribuye al largo cuello de la jirafa y a su complexión delgada. La superficie aumenta de esta manera, ayudando al animal a refrescarse en el calor.
Pájaro bebiendo en una fuente en Alemania.
La mayoría de las aves no son capaces de tragar por acción de succión o bombeo como hacen los humanos y beben levantando repetidamente la cabeza después de llenar su boca para permitir que el líquido fluya por gravedad, un método descrito como de «a sorbos».