A todos nos encanta la majestuosidad de este animal. Pero sentimos decirte que no se trata de una pantera negra como siempre hemos pensado, sino de un leopardo. Según demuestra una investigación publicada en The Journal of Wildlife Management, que sean negros no implica que estos felinos no tengan manchas en la piel, es sólo que, a simple vista, no podemos verlas.
Esta situación cambió cuando científicos de la Universidad James Cook (Australia) las observaron con una cámara y bajo una luz de infrarrojos. Como podéis ver a continuación en las fotografías, las motas de su pelaje se hicieron más que evidentes.
Esto se produce por un gen conocido como agouti, el cual es responsable de la distribución del pigmento negro del cabello. Esto es más frecuente en leopardos y jaguares que se encuentran en Asia y África. Según afirmaba hace unos años el santuario animal Big Cat Rescue (Florida), su bonito color es producido a consecuencia de un exceso de melanina.
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