Los animales pueden ser tiernos, salvajes, ruidosos y temibles. Y también pueden ser muy graciosos. Por eso, una vez al año, los fotógrafos de naturaleza reúnen las imágenes más desternillantes que han obtenido y las comparten con un mundo deseoso de disfrutar de la comedia animal. Sus fotos compiten por un puesto de honor en el concurso The Comedy Wildlife Photography Awards. Estas son algunas propuestas para este año.
Este pájaro aplica con éxito la vieja estrategia de “si miro hacia otro lado no pueden echarme la bronca”. Tiene suerte de que el fotógrafo Tom Stables no le enseñara la instantánea a su peana con patas, que no tiene pinta de andarse con chiquitas.
Lo más seguro es que este búho nival esté muerto de frío, arrugándose sobre sí mismo, cubriéndose hasta el pico, para evitar que las ráfagas de viento le hielen las ideas. ¡Pero da una paz, mirar esa sonrisa de ave satisfecha con el mundo! Sí, esta es la magia de la fotografía, un filón para fotógrafos como Edward Kopeschn.
Los suricatos son mamíferos amistosos que viven en montes bajos de África. Como son muy sociables, no dudan en poner toda su confianza en las manos de unos cuantos vigías que avisan al grupo de las amenazas potenciales. Claro que, algunas veces, pueden cometer errores… Solo la autora, Brigitta Moser, sabe la verdad que detrás de esta imagen.
El clímax de algunas de las mejores películas de acción ha tenido lugar tras una pelea a puño desnudo en el borde de un acantilado. Es una escena poco original; hasta las hormigas pueden pensar en ella, como demuestra la instantánea de Usman Priyona.
Lo que no cuentan las revistas
Los fotógrafos de naturaleza tienen muchas técnicas que les permiten aproximarse mejor a sus retratados. Entre ellas, está la de esconder la cámara y disparar a distancia, o la de mimetizarse ellos mismos con el artilugio en las manos. Luego seleccionan las mejores fotos, las más épicas. ¡Gracias, Mary Swaby, por mostrarnos a los frailecillos en su auténtico ser!
Los canguros tiene una piel gruesa, dura como la piedra. Estos animales no necesitan sombrillas. Solo queda concluir que la fotógrafa Rosario Cordoba ha captado una fea conducta en los canguros. No vuelvas a fiarte de los canguros.
Hay modas que llegan tarde y modas que llegan muy tarde. En el caso de las avispas, parece que las flores en el pelo, tan propias de la nebulosa hippy, llegan con medio siglo de retraso. Al menos le quedan bien, en esta foto de Murray McCulloch.
La fiesta ha conquistado todo el planeta, hasta los polos. Mira cómo estos pingüinos preparan sus disfraces de Sleepy Hollow para triunfar con sus amigos. Charles Kinsey tuvo buen ojo para sacar esta foto, y bastante sangre fría… ¡son terroríficos!
Puede que el autor de esta imagen, Michael Erwin, se tome a la ligera la importancia de esta captura. Pero es la prueba irrefutable del verdadero origen de la fiesta de gigantes y cabezudos: los ratones llevan toda la historia ocultándonos que ellos dominaban los zancos antes que nosotros.
Esta foto de Sushil Chauhan es la viva imagen de la ambigüedad. ¿Estamos ante la primera manifestación de amor entre un simio y un murciélago? ¿O es que el lado bueno del ser de la derecha está oculto, y bien oculto? Misterios sin resolver.
La vida del trabajo de fotógrafo es dura. Mientras algunos se desperezan al sol, tranquilamente, sin ninguna prisa por levantarse de la siesta, los retratistas como Olivier Steiner tienen que batirse el cobre por sacar la mejor foto o, al menos, la más graciosa.
Los animales son graciosos, hilarantes., desternillantes a veces, pero el concurso no da para más. Como dice la foca fotografiada por Adam White, ¡hasta que nos veamos en la entrega de los premios!