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La rana bermeja apuesta por la concentración: la temperatura de esa masa gelatinosa superará la del agua y acelerará el desarrollo de las larvas. Y cualquier depredador, sobre todo pequeño, tendrá menos éxito al enfrentarse a una familia tan extensa y compacta.

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La unión de los sapos, el amplexo, se convierte en un largo baile amoroso que puede durar de 6 a 12 horas. Los “collares” que van soltando dejan entre 2.000 y 6.000 potenciales hijos enredados entre las ramas y hojas de las plantas acuáticas.

primer manjar

El oscuro rosario de bolas se ha convertido en un nutrido grupo de renacuajos a la caza de alimento.
En los dos meses y medio, aproximadamente, que dura esta fase de su desarrollo, los sapos comunes se alimentan de algas y pequeñas plantas.

fuerza prolífica

Estrechándola entre sus brazos; así aborda el sapo común a la hembra. Su presión la ayuda a expulsar los hilos de huevos que lleva dentro, mientras sacude su abdomen. Esa convulsión rítmica impulsa al macho a eyacular y rociar la puesta con su semen.

MiSIÓN cumplida

Cada rana suelta su puesta en una o dos “bolas”, que se hinchan con el agua y pue­den alcanzar el tamaño de un puño. Irán as­cendiendo hasta la superficie (como se ve, flotando entre sus padres) y formarán una in­mensa alfombra flotante.