Merienda de bichos

Esta criatura tiene una peculiar forma de cazar: junta sus patas delanteras como si rezase, y si otro insecto se pone a tiro (como este grillo) lo atrapa con un veloz movimiento.

La larva de la libélula Anax imperator es un depredador feroz. Come alevines de pez que atrapa con un brazo retráctil, llamado “máscara” que tiene oculto bajo la boca.

Cuando ataca, corta los centros vitales de su víctima (como este desdichado zángano), mordiendo su cuello y su cabeza. Su habilidad es tan grande que se atreve con presas mayores que ella.

La tijereta –como esta, que ya se ha zampado a media mosca– no hace ascos a ningún manjar. Come insectos, vegetales y hasta individuos de su propia especie.

Nunca persigue a sus víctimas. Espera inmóvil a que se acerquen y las engancha con sus patas delanteras en forma de sierra. Esta sibilina técnica ha inspirado una postura de lucha en las artes marciales.

Una avispa arrastra a una oruga paralizada por el veneno de su aguijón hasta el nido. La presa alimentará a sus larvas cuando eclosionen los huevos.

La mejor arma para acabar con una plaga puede ser otro insecto. Los agricultores franceses usan larvas de cochinilla para exterminar a los pulgones.