Describen el fósil más completo de las primeras etapas de la evolución del búho: un esqueleto de hace 55 millones de años
Este búho sobrevoló una Tierra especialmente ardiente. Hace 55 millones de años, el globo que habitamos entró en un periodo achicharrante que los geólogos llaman el Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno, en el que las emisiones de dióxido de carbono se dispararon y las temperaturas subieron una media de 6ºC.
La causa de aquel sofoco de la Tierra siempre está en debate. Los clásico lo atribuyen a sucesivas erupciones volcánicas que se prolongaron miles de años, pero recientemente se ha propuesto el impacto de un meteorito como el cataclismo que produjo la hoguera.
La consecuencia fue que, en los días de vida de este búho ancestral, el ártico era un paraíso tropical, por entonces vivió el primer ancestro de perros y gatos, y también fue entonces cuando la India comenzó a chocar con Asia, hace cerca de 55 millones de años, y se inició la formación del Himalaya, la «morada de la nieve», el refugio del yeti…
Medía medio metro de altura, más o menos como un niño de dos años, y sus garras estaban especializadas para atrapar a sus presas del mismo modo que hoy lo hacen el azor o el águila
55 millones de años. Esa es la antigüedad del esqueleto de búho que encontraron hace 30 años en la Formación Willwood, en América del Norte. Media medio metro de altura, más o menos como un niño de dos años y sus garras estaban especializadas para atrapar a sus presas del mismo modo que hoy lo hacen el azor o el águila
Desde su enterramiento llegó a las dependencias del Instituto de Investigación Senckengerg y de allí al Museo de Historia Natural de Frankfurt, en Alemania, donde acaban de describirle a partir de sus restos fosilizados.
Los descubrimientos de las primeras etapas de la evolución del búho son extremadamente raros. Un hueso de una pata de aproximadamente 60 millones de años es el fósil más antiguo que se puede asignar a un búho. Por eso ha sido tan importante la descripción de este esqueleto completo.
Excepto el cráneo, se conservan todos los huesos principales del ave de 55 millones de años
El animal recientemente descrito pertenece a una especie de búho fósil muy grande, previamente desconocida. Excepto el cráneo, se conservan todos los huesos principales del ave de 55 millones de años. “El búho fósil era del tamaño de un búho nival moderno. Sin embargo, se distingue claramente de todas las especies existentes por el diferente tamaño de sus garras. Mientras que en los búhos actuales las garras de todos los dedos son aproximadamente del mismo tamaño, la especie recientemente descrita Primoptynx poliotauros tiene garras notablemente agrandadas en el dedo gordo y el segundo dedo del pie ”, explica el Dr. Gerald Mayr, líder del estudio del fósil.
Estas proporciones de los dedos son similares a las de las águilas y el azor. Estas aves, que no están estrechamente relacionadas con los búhos, perforan a sus presas con sus afiladas garras.
Mayr y sus colegas suponen que la lechuza extinta también usaba sus garras especializadas para matar a sus presas, sin embargo, los búhos modernos no lo hacen. Hoy utilizan el pico y no las garras, así que algo debió cambiar en la forma de vida de esta especie que fue transformando su morfología.
La competencia con las aves diurnas pudo ser la razón por la que los búhos se hicieron cazadores nocturnos
“No está claro por qué los búhos cambiaron su técnica de caza en el curso de su evolución. Sin embargo, suponemos que puede estar relacionado con la propagación de aves rapaces diurnas a finales del Eoceno y principios del Oligoceno, hace aproximadamente 34 millones de años. La competencia por la presa con las aves rapaces diurnas puede haber desencadenado especializaciones de alimentación en los búhos, posiblemente también conduciendo a los hábitos nocturnos de estas aves carismáticas”, agrega Mayr al finalizar.
Además, el nuevo descubrimiento revela un alto nivel de diversidad entre los búhos del Eoceno temprano en América del Norte, desde la pequeña especie Eostrix gulottai, que mide solo 12 centímetros, hasta el pájaro recién descubierto, de aproximadamente 60 centímetros de altura.