Texto de Mar Gómez @MarGomez Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
El viento ioniza el aire, y el exceso de iones positivos afecta al estado de ánimo de todas las personas, pero en especial a los más sensibles. Esta es la explicación científica al viento de la locura
La fuerza de la naturaleza se muestra en numerosas ocasiones en forma de poderosos fenómenos meteorológicos que influyen en nuestra vida diaria y nuestro bienestar. De sobra es por todos conocido que la luz solar afecta a nuestro estado de ánimo o que los cambios bruscos de presión pueden producir migrañas. Sin embargo, quizás, sea más desconocido el hecho de que el viento —una de las variables meteorológicas más molestas— puede influir directamente en nuestro bienestar mental.
Este vídeo muestra un viento extremo, el producido por la Tormenta Ivar en el norte de Europa en 2013. Ese año se produjeron una serie de tormentas que afectaron predominantemente a las naciones nórdicas, provocaron interrupciones en el suministro de electricidad y el transporte en el centro de Noruega, el norte de Suecia y el centro de Finlandia durante 15 días.
Las viejas leyendas hablan de un viento muy concreto conocido como el viento de las brujas o el viento de la locura, un viento que cuando sopla influye de forma negativa en el estado de ánimo de todos aquellos que se encuentran bajo su influencia pudiendo dar lugar a efectos nocivos como el insomnio, dolores de cabeza o tendencias depresivas. Este viento no es otro que el producido por un fenómeno meteorológico: el efecto Foehn. Este produce un viento cálido y reseco con una alta ionización positiva, clave en la influencia sobre el ser humano.
¿En qué consiste el efecto Foehn?
Este fenómeno da lugar a un viento que se origina cuando una masa de aire es obligada a ascender al encontrarse con una montaña.
Cuando asciende, el vapor de agua presente en ella se condensa al encontrarse con aire más frío por encima, pudiendo dar lugar a lluvias en ese lado de la montaña. En cambio, cuando llega a la cima, se ve forzada a descender de forma muy rápida y brusca, produciendo un aumento de temperatura muy elevado al otro lado de la montaña. Las diferencias de temperatura pueden ser entre un lado y otro de más de 10ºC, además de un aspecto totalmente diferente en el estado del cielo.
Este fenómeno es muy común en Suiza, donde sopla con intensidad en los Alpes; o en California, donde se le conoce como viento de Santa Ana. En España suele darse en la Cordillera Cantábrica con los famosos vientos de sur.
¿Qué es la ionización positiva?
Algunos físicos de los siglos XVIII y XIX ya especularon con la posibilidad de que la electricidad del aire afectaba al desarrollo de ciertas plantas, y probablemente, a todas las cosas vivas. Sin embargo, no fue hasta 1890 cuando los hombres de ciencia de aquel entonces vieron que la electricidad del aire procedía de moléculas cargadas —o iones— de gas. Y es que nuestro aire está formado por moléculas, cada una con un centro o núcleo de protones cargados positivamente, rodeado de electrones negativamente cargados. Como el electrón es más ligero que el protón —unas 1.800 veces— puede suceder que el electrón se desplace, rompiéndose el equilibrio y creando un ion.
La electricidad del aire procede de estos iones, los cuales han perdido o ganado un electrón negativo, de modo que si una molécula pierde un electrón se carga positivamente, mientras que, si ese electrón se une a una molécula normal, esta queda cargada negativamente.
Los iones negativos pueden producirse en el agua en movimiento mientras que los iones positivos pueden darse por varios tipos de fricción como por ejemplo entre el aire y la arena, entre los frentes atmosféricos o producidos por el viento.
Una ionización positiva del aire parece ser que podría ser perjudicial para la salud. Así lo estudió el Doctor Felix Gad Sulman, jefe del Departamento de Farmacología Aplicada de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien afirma que el exceso de iones del aire afecta a todas las personas, pero en especial a los más sensibles. Y es esta ionización positiva la que parece estar vinculada a este tipo de vientos asociados al fenómeno Foehn.
De tal calibre es su efecto sobre las personas que, además, de existir una vinculación con la tasa de suicidios, urgencias psiquiátricas, depresiones y ansiedad a nivel global, se dice que cuando sopla en Ginebra (Suiza) se ha considerado atenuante por la legislación penal en el caso de la comisión de determinados delitos.