En las últimas semanas, los volcanes han sido los protagonistas, ¿cómo pueden estos influir en el clima?
Texto de @MarGomez. Doctora en Físicas. Responsable del área de meteorología de @eltiempoes
El volcán Kilauea, en Hawái, continúa ocupando portadas desde que entró en erupción el pasado 3 de mayo provocando ríos de lava y arrasando localidades a su paso. Por otro lado, hace tan sólo unos días, el «Volcán de Fuego», en Guatemala, dejaba al menos 99 fallecidos tras entrar en erupción.
Pero ¿tienen los volcanes una influencia directa en nuestro clima? La respuesta es afirmativa, aunque para ello deben tener suficiente potencia en su erupción y expulsar una gran cantidad de ceniza y gases. Cuando la ceniza asciende en la atmósfera, bloquea la luz del Sol durante unas semanas, pero los gases como el dióxido de azufre pueden causar un enfriamiento global.
El dióxido de azufre en la estratosfera se somete a reacciones químicas que lo transforman en gotas de ácido sulfúrico, creando aerosoles volcánicos que reflejan la luz solar e impiden que llegue a la Tierra y que, en consecuencia, enfríen la superficie terrestre.
No es el caso de estos volcanes, pero sí ha sido el de otros a lo largo de nuestra historia. Hoy hacemos un repaso a algunos de los volcanes que más influencia tuvieron en nuestro clima.
1816, el año sin verano y que dio a luz a Frankenstein
Una de las erupciones más importantes de la historia fue la del Tambora (Indonesia) en el año 1815, considerada como el mayor cataclismo volcánico de los últimos 10.000 años. Su erupción fue tan virulenta que al año siguiente causó lo que se conoció como “el año sin verano” en Europa y América del Norte.
Más de 12.000 personas murieron en las primeras 24 horas por la lluvia de ceniza y los flujos piroclásticos porque millones de toneladas de cenizas volcánicas y dióxido de azufre se elevaron en la atmósfera hasta llegar a la estratosfera, a unos 32 kilómetros de altura. Estas cenizas no permanecieron estáticas, sino que se movieron alrededor del planeta y permanecieron suspendidas durante años. Durante el verano de 1815 a 1816 el manto de cenizas cubría nuestros cielos, absorbiendo la radiación solar y haciendo que descendieran las temperaturas de forma global.
Pero esta erupción inspiró a artistas, pintores y escritores. La escritora londinense Mary Shelly se refugió de esos cielos tenebrosos al norte de los Alpes, donde se inspiró para crear uno de los personajes de la literatura de terror más famosos de la historia: Frankenstein.
La erupción equivalente a 7.000 bombas atómicas: el volcán Krakatoa
En el año 1883 se produjo la erupción de otro volcán indonesio. Sus cenizas alcanzaron 80 kilómetros de altura en la estratosfera, lo que aseguró su permanencia junto con otros gases durante varios años y disminuyó la temperatura del planeta hasta 1.2ºC en el año siguiente.
De tal magnitud fue la explosión que se percibió en un 10% de la superficie terrestre, viajando hasta la isla de Madagascar y Australia (ambas distan entre sí 7.600 kilómetros) generando tsunamis con olas de 40 metros de altura y un cono de cenizas de 80 kilómetros de altitud. Las olas fueron de tal envergadura que llevaron a un buque de guerra al centro de la selva.
Además, se cree que el estruendo de la destrucción de Krakatoa es el sonido más alto registrado en la historia, alcanzando los niveles de 180 dB. Se dice que marineros que se encontraban a 40 kilómetros a la redonda quedaron sordos.
Pero este volcán y sus efectos también fueron fuente de inspiración para artistas. Eduard Münch se inspiró en los cielos enmarañados por la ceniza para crear su cuadro «El Grito».
El Pinatubo, la erupción que provocó un descenso del nivel del mar
Más reciente fue la erupción del Pinatubo (Filipinas) en el año 1991 y que provocó un descenso de 0.25ºC en la temperatura media del planeta en los meses que siguieron a su erupción. Pero no solo ayudó a ese enfriamiento terrestre, sino que además produjo una serie de efectos climatológicos que hicieron bajar el nivel del mar seis milímetros en tan solo un año.
El calentamiento global que estamos experimentando provoca el aumento del nivel del mar de dos maneras: por el calentamiento del océano, lo que hace que el agua se expanda; y por los glaciares y capas de hielo, que desembocan en el océano y aumentan su volumen. En este caso ocurrió lo contrario, al producirse un enfriamiento terrestre.
Esta erupción fue la primera del Pinatubo en casi 600 años, confirmando uno de los mayores tiempos de reposo que existen.