Se ha desatado una batalla política por las nuevas leyes que protegen al lobo y ciertas regiones donde se permite su caza, pero ¿por qué es importante proteger a los lobos?
Hace apenas unas semanas la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad votaba a favor de incluir al lobo en el listado de Protección Especial, lo que impide su caza en el territorio nacional. La Comisión es el órgano participativo en materia de biodiversidad en el que están representadas la Administración general del Estado y las Comunidades Autónomas españolas.
Hasta ahora, en España los lobos asentados al sur del río Duero estaban en esta lista, y por tanto protegidos, pero los del norte del río eran especie cinegética. Esto significa que podían abatirse según lo que decidiese cada comunidad autónoma. Desde ahora todos los lobos ibéricos están protegidos.
La votación ha generado turbulencias en el sector ganadero, que teme por sus rebaños, y los cazadores, que consideran que los lobos merman las poblaciones de los cotos de caza. Ambos han recibido el apoyo de los gobiernos de Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia, donde se encuentran actualmente las principales poblaciones de lobo ibérico.
¿Están los lobos en peligro?
El lobo ibérico estaba presente en todo el territorio peninsular hasta principios del siglo xx, pero su caza indiscriminada hizo que estuviera a punto de extinguirse en los años 70. Según la fuente que se consulte, varía el número total de ejemplares de lobo existentes en la península, pero se considera que el peligro de riesgo ha sido superado. Según la organización Fauna Ibérica, el último censo fiable es el de 1988 y calculaba un total de entre 1.500 y 2.000 individuos.
La Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo en España lleva caducada desde 2015. Teniendo esto en cuenta, hace dos años la Asociación para el Estudio y la Conservación del Lobo Ibérico (ASCEL) solicitó que se incluyese al lobo ibérico como especie amenazada. Además, solicitaron su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en régimen de Protección Especial (LESPE), lo que protegería al lobo ibérico por igual en todo el territorio nacional.
Sin embargo, la resolución del Comité Científico presentada en febrero de 2020 no recomendó la inclusión del lobo como especie vulnerable, por considerar que la información sobre su población no era concluyente.
Aún así se pudo incluir a los lobos ibéricos en el LESPE debido a su “importancia como patrimonio cultural, científico, así como los servicios ambientales que produce la presencia de este carnívoro en los ecosistemas naturales”. El comité recalcó que la especie del lobo del sur del Duero y la del norte era la misma, por lo que merecían igual protección.
Ayer se publicó la carta Por la protección del Lobo ibérico, la ciencia y la coexistencia en la que más de 300 científicos y científicas apoyaban la decisión de la Comisión Estatal. El próximo paso tras la decisión de esta es la aprobación de una orden ministerial que lleve a la realidad la protección del lobo ibérico por igual en tierras españolas.
¿Por qué son necesarios los lobos?
Los depredadores tienen un papel fundamental en todos los ecosistemas. Cuando se elimina o reintroduce una especie se producen efectos en cadena conocidos como cascadas tróficas.
La mayoría de los defensores del lobo recurren al caso ocurrido en el Parque Nacional de Yellowstone en EE UU. En 1926 se abatió al último lobo que residía en el parque. La especie se eliminó de toda la región al considerarla una amenaza para el ganado, principalmente bovino y ovino.
Si se mata a los depredadores, sus presas se descontrolan
Sesenta años después, en enero de 1995, los lobos se reinsertaron en Yellowstone. ¿Qué ocurrió en estos sesenta años? Los lobos son depredadores que comen otros animales, es decir, son reguladores negativos de las poblaciones. Si se mata a los depredadores, sus presas se descontrolan.
En Yellowstone, a lo largo de sesenta años sin lobos, los crecientes rebaños de ciervos y uapitíes causaron importantes estragos en los árboles y plantas del parque. Los herbívoros descontrolados se comían los esquejes y las semillas, y la vegetación desapareció de ciertas zonas. Como consecuencia, otros animales como pequeños mamíferos y aves también desaparecieron. Sin los lobos, el parque perdió su equilibrio natural.
En un estudio de la Universidad Estatal de Oregón se comprobó que en 1997 hacía sesenta años que no crecían álamos en Yellowstone. El elevado número de uapitíes (un tipo de ciervo) impedía que crecieran.
Esto es el efecto de una cascada trófica: sin lobos, no hay álamos. Pero hay mucho más. Diez años después de la reinserción del lobo en Yellowstone, no sólo crecieron los álamos, sino también los sauces, otro árbol del que se alimentan los uapitíes. Con ellos volvieron los castores, que utilizan la madera de sauce para construir presas. Las presas de los castores a su vez evitan que se pierdan los sedimentos de los ríos y contribuyen a que el parque sea más fértil.
¿Por qué son importantes los lobos en España?
En España el lobo ibérico es de los pocos grandes depredadores que existen, por no decir que es el último eslabón de la cadena trófica. Igual que en Yellowstone, los lobos regulan los ecosistemas permitiendo que se recuperen plantas que de otro modo pueden desaparecer por la superpoblación de herbívoros, y a su vez afectar a muchas otras especies de los ecosistemas.
La asociación ASCEL apunta el ejemplo de las poblaciones de cabra montesa de las sierras meridionales españolas, donde no hay lobos, y que llegaron a colapsarse por la propagación enfermedades, ya que los lobos suelen cazar a los ejemplares enfermos.
La importancia de los lobos para los diferentes ecosistemas también la corrobora alguno de los documentos consultados por el Comité Científico que recomendó su inclusión en el LESPE. De hecho, los lobos regulan sus propias manadas y se disgregan si se hacen demasiado grandes para que un territorio los sostenga. En algunas regiones de España, forman parte del turismo de observación de fauna salvaje.
Las presas de los lobos ibéricos son tanto grandes herbívoros, como jabalíes, corzos o ciervos, como mamíferos más pequeños, como los ratones, conejos u ovejas. A veces especies por las que los cazadores compiten.
Actualmente se está argumentando por qué debería de salvarse una especie pero no el por qué debería destruirse. Al fin y al cabo, eliminar a un depredador puede tener un impacto mucho peor que el de su actividad depredadora.
REFERENCIAS
Más de 200 científicos respaldan en una carta ampliar la protección del lobo
Sean B. Carroll (2018) Las leyes del Serengeti