Un nuevo estudio apunta a que la contaminación lumínica urbana puede alterar el periodo de letargo invernal de los mosquitos transmisores del virus del Nilo Occidental

El estudio de los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio publicado recientemente en la revista científica Insects puede ser una mala noticia y una buena también. La buena es que los mosquitos que transmiten la enfermedad podrían no sobrevivir al invierno si se alarga su letargo y se quedan sin reservas. La mala noticia es que su periodo de latencia, conocido como diapausa, puede simplemente retrasarse, lo que significa que seguirán picando a personas y animales durante más tiempo en otoño.

Si los mosquitos posponen o retrasan la diapausa y siguen activos durante más tiempo al cabo del año, es precisamente el momento en que es más probable que estén infectados por el virus del Nilo Occidental y las personas corren mayor riesgo de contraerlo. Este estudio es el primero en demostrar que la luz artificial nocturna puede influir significativamente en el comportamiento de los mosquitos, incluso en efectos no necesariamente predecibles.

La diapausa de las hembras del mosquito doméstico del norte (Culex pipiens) no es propiamente un letargo invernal, sino más bien un periodo de inactividad en el que los insectos viven en cuevas, alcantarillas, cobertizos y otros lugares semiprotegidos. Antes de la llegada del invierno, los mosquitos convierten las fuentes azucaradas, como el néctar de las plantas, en grasa. A medida que los días se hacen más largos, las hembras empiezan a buscar sangre (proteínas) para poder producir huevos. Algunos mosquitos se infectan con el virus del Nilo Occidental al alimentarse de aves infectadas, y más tarde transmiten el virus cuando se alimentan de personas, caballos y otros mamíferos.

Este estudio se basa en que la duración del día dicta cuándo debe comenzar la diapausa, y según un estudio anterior, las hembras de mosquito expuestas a una luz tenue por la noche no entraban en diapausa y se volvían reproductivamente activas, incluso durante los días cortos del invierno. El estudio aportó más pruebas que demuestran que la actividad de los insectos disminuye durante la diapausa, pero el ritmo circadiano de esa actividad se mantiene, incluso durante este periodo de letargo.

La introducción de luz artificial por la noche afecta a esos patrones de actividad e influye en la adquisición por parte de los mosquitos de las reservas de nutrientes necesarias para engordar y soportar las temperaturas invernales. La exposición a la contaminación lumínica suprime la cantidad de azúcares que acumulaban los mosquitos. En los mosquitos sometidos a contaminación lumínica, los mosquitos no acumulaban mucho glucógeno en los días largos, y sí en los días cortos.

Esto podría ser malo para los humanos, ya que los mosquitos podrían picarnos durante más tiempo, pero también podría ser malo para los mosquitos, porque podrían no acumular suficiente energía para sobrevivir al invierno durante la diapausa.

REFERENCIA

Light Pollution Disrupts Seasonal Differences in the Daily Activity and Metabolic Profiles of the Northern House Mosquito, Culex pipiens