Los ácidos grasos omega-3 como suplemento dietético reducen la agresividad hasta en un 28% en metaestudio de cerca de 4.000 personas

Mantén la calma y prueba el omega-3. Según un nuevo estudio, estos ácidos grasos, disponibles en forma de suplementos dietéticos en cápsulas de aceite de pescado y considerados beneficiosos para el bienestar físico y mental, también podrían reducir la agresividad.

Estos hallazgos no surgen de la nada: el omega-3 ya se había relacionado anteriormente con la prevención de la esquizofrenia, mientras que se cree que la agresividad y el comportamiento antisocial se derivan en parte de la falta de nutrición. Lo que comemos puede influir en la química de nuestro cerebro.

Investigadores de la Universidad de Pensilvania se basaron en estudios anteriores más pequeños sobre los efectos de los suplementos de omega-3 en la agresividad. Su metaanálisis analizó 29 ensayos controlados aleatorizados con un total de 3.918 participantes.

En todos los ensayos se observó un efecto modesto pero notable a corto plazo, que se tradujo en una reducción de hasta el 28% de la agresividad en función de distintas variables (como la edad, el sexo, el diagnóstico médico y la duración y dosis del tratamiento).

Lo que comemos puede influir en la química de nuestro cerebro

«Creo que ha llegado el momento de aplicar suplementos de omega-3 para reducir la agresividad, independientemente de que el escenario sea la comunidad, la clínica o el sistema de justicia penal», afirma el neurocriminólogo Adrian Raine.

Los ensayos incluidos en el estudio, realizados entre 1996 y 2024, tuvieron una duración media de 16 semanas. Abarcaban una gran variedad demográfica, desde niños menores de 16 años hasta personas mayores de entre 50 y 60 años.

Es más, las reducciones de la agresividad incluían tanto la agresividad reactiva (en respuesta a una provocación) como la proactiva (comportamiento planificado de antemano). Antes de este estudio, no estaba claro si el omega-3 podía ayudar con estos diferentes tipos de agresión.

Aunque se necesitarán estudios más amplios y a lo largo de periodos de tiempo más prolongados para establecer esta relación, este estudio nos ayuda a comprender mejor por qué las píldoras de aceite de pescado y el omega-3 que contienen pueden ser beneficiosas para el cerebro.

«Como mínimo, los padres que buscan tratamiento para un niño agresivo deberían saber que, además de cualquier otro tratamiento que reciba su hijo, una o dos raciones extra de pescado a la semana también podrían ayudar», afirma Raine.

Los investigadores creen que algo en el modo en que el omega-3 reduce la inflamación y mantiene en marcha procesos cerebrales vitales podría estar ayudando a regular la agresividad. Aún quedan muchas preguntas por responder, pero el equipo sugiere que hay pruebas suficientes para seguir investigando.

Si añadimos los estudios que demuestran que los medicamentos derivados del aceite de pescado pueden ayudar a reducir el riesgo de infartos, derrames cerebrales y otros problemas cardiacos, parece que añadir omega-3 a la dieta tiene muchas ventajas.

«El omega-3 no es una varita mágica que vaya a resolver por completo el problema de la violencia en la sociedad», afirma Raine. «Pero, ¿puede ayudar? Basándonos en estos hallazgos, creemos firmemente que sí, y deberíamos empezar a actuar a partir de los nuevos conocimientos que tenemos».

REFERENCIA

Omega-3 supplementation reduces aggressive behavior: A meta-analytic review of randomized controlled trials