COMPORTAMIENTO OPOSICIONAL DESAFIANTE. Los niños y adolescentes que lo sufren tienen una conducta tan negativa, hostil y desafiante que afecta a sus relaciones sociales, familiares y al rendimiento académico y laboral.
SÍNDROME POSTVACACIONAL. Según algunos estudios, lo sufre el 35% de los trabajadores tras un período largo de vacaciones. Los síntomas son cercanos a
los de la depresión: tristeza, apatía, ansiedad, sensación de ahogo…
PERSONALIDAD ANTISOCIAL. Los que la padecen, casi todos hombres, muestran insensibilidad por los derechos o sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio material o gratificación personal.
DUELO PATOLÓGICO. Una ruptura sentimental (o una muerte) puede producir efectos similares a los de la depresión. Los psiquiatras tratan ahora con antidepresivos las secuelas del desamor que persisten más de
seis meses.
DEPRESIÓN DEL PARAÍSO. El sol y la tranquilidad no siempre son sinónimos de felicidad. El desarraigo de los turistas del Norte de Europa que viven en España les sume en la depresión.
SÍNDROME DE LA BATA BLANCA. Algunas personas con la tensión normal sufren una subida transitoria cuando se la toma un médico. Los factores son emocionales. Es importante porque también la sufren en otras circunstancias: prisas, disgustos, etcétera.
Vender el mal para vender el medicamento
Según los autores de La invención de trastornos mentales, hay una relación directa entre la aparición de nuevas enfermedades y la de medicamentos. La estrategia consiste en «vender» un trastorno como algo grave, para luego vender más fármacos.
FOBIA SOCIAL. Lo que era una característica de la personalidad, la timidez, se convirtió en dolencia; con terapia, claro.
[image id=»16522″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]SÍNDROME PREMENSTRUAL. Cuando el principio activo se convirtió en un fármaco genérico, se comercializó con otro nombre, Sarafem, para tratar la nueva «dolencia».
Redacción QUO