La mayoría de los científicos recurren a un cocktail de cuatro proteínas para que células dérmicas o sanguíneas se reprogramen como células madre. Pero dos nuevos estudios demuestran que las células madre pluripotentes inducidas, guardan memorias de su identidad pretérita.
Los científicos han descubierto que no todas las células madre son igual de flexibles. “Por ejemplo las obtenidas de la piel de ratones no tienen mucha facilidad para convertirse en células sanguíneas”, asegura George Daley biólogo de la Universidad de Harvard y coautor de uno de los estudios publicado en Nature.
El grupo de Daley descubrió que las células reprogramadas obtenidas de la médula ósea (donde se “fabrica” la sangre) tenían mayor facilidad para convertirse en células sanguíneas que aquellas obtenidas de la piel y a estas últimas les resultaba más fácil transformarse en células óseas.
Se suponía que la reprogramación limpiaba el programa molecular de las células, pero algo impedía que estas fueran tan flexibles como las embrionarias. Daley descubrió qué era: el ADN de las células reprogramadas aún conservaban “etiquetas moleculares”. Al igual que sucede en un libro, estas etiquetas ocultan parte del ADN y, aunque no cambian los genes por sí mismas, sí impiden que unas proteínas, llamadas factores de transcripción, lean los genes y los activen.
En las células madre embrionarias, el ADN es como un libro en perfecto estado, sin ninguna etiqueta, por lo que tiene el potencial de convertirse en cualquier célula. A medida que se le añaden más y más de estas etiquetas moleculares sus posibilidades se reducen.
Así “aunque podamos regresar a un estado pluripotente, no hemos borrado toda la historia de la célula” concluye Daley.
Juan Scaliter